Catí volvió a rondar por sus calles tras 14 años sin hacerlo. Fue gracias a la recuperación de la Ronda dels Quintos. Una actividad que se celebró, como manda la tradición, coincidiendo con los primeros días de Pascua. Un grupo de vecinos del municipio de distintas edades, entre los que se encontraba el alcalde, Pablo Roig, decidieron coger los instrumentos de cuerda y volver a llenar de música las calles de este municipio del Alt Maestrat.

Antiguamente, la actuación de este conjunto se desarrollaba cuando no existía una rondalla como tal. Unos cuantos músicos (Emilio, Eladio, Fernando de la Fontanella, Aurelio del mas de Segarra, entre otros) se reunían unos días antes para ensayar. El tío Martinet, apodado del Correu, por haber sido el cartero del pueblo hasta su jubilación, era el cantante del grupo. Tenía en su memoria un amplio repertorio de canciones para esta ronda.

Había coplas para todos, para el alcalde, para el párroco… Pero, sobre todo, para las mozas casaderas, a las que se cantaba en sus casas. A ritmo de jota, con su peculiar estilo, Martinet escogía la letra más adecuada en función del lugar donde cantaba.

En cuanto a las canciones, había para todos los gustos: «Dices que tienes que tienes, que tienes un melonar, el melonar que tu tienes, es que te quieres casar» o «Una moza me dijo, cuchillo de melonero, y yo a ella le dije, de muchas plumas tintero». Y así, hasta más de un centenar de composiciones.

Mientras la rondalla pasaba por las calles, los quintos ofrecían bebida y pastas y los vecinos les tiraban monedas a una cesta de mimbre. Con la supresión del servicio militar obligatorio, fue desapareciendo esta bonita costumbre.

Recuperación

14 años después, un grupo de personas han impulsado de nuevo una rondalla. Buscaron a un profesor, el benasalense Víctor Pitarch, y se fueron añadiendo al grupo hasta llegar a una veintena de componentes. Algunos son músicos de la banda, de la coral o ambas cosas. El tío Martinet era muy mayor y nos dejó hace casi dos décadas, pero Ángel Roca Chichola cogió el relevo y lo hizo a la perfección. Inundaron de alegres notas musicales las calles y crearon un ambiente mágico, sorprendiendo a propios y extraños. El alcalde, Pablo Roig, uno de los músicos, agradeció la implicación de los vecinos para recuperar una tradición perdida en Catí.

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