El año que nos deja ha sido complicado y de mucho trabajo para la Asociación Protectora de Animales El Cau de Vinaròs. Con las instalaciones prácticamente llenas, el 2015 ha sido, por desgracia, un año de muchos abandonos de perros, especialmente en la época de caza. “Nos hubiera gustado poder dar más animales en adopción, pero no ha sido un buen año”, reconoce la voluntaria de la asociación, Aretha Bort.

A pesar de no poder acoger a más animales en sus instalaciones, como sería su deseo, desde la protectora han continuado trabajando para que muchos de estos perros hayan podido encontrar un hogar y para facilitar el día a día de aquellos que todavía continúan a sus instalaciones.

La protectora tiene en estos momentos unas instalaciones ocupadas al 100%, con 90 perros esperando una adopción y 12 voluntarios ocupándose de ellos por turnos. “Es difícil que queden puestos, porque tan pronto se adopta un animal, inmediatamente su lugar es ocupado por otro perro”, explica la voluntaria de la asociación Aretha Bort. Pero las llamadas a El Cau son continuas, a menudo diarias, y no solo de Vinaròs, sino de otras poblaciones vecinas. Ante esta situación, los voluntarios se las ingenian, bien acogiendo ellos mismos el animal abandonado o pidiendo la colaboración de la gente para que intente tener a la mascota unos días hasta que pueda ser acogida en la protectora.

Ahora, con las fechas navideñas, llega una época difícil en cuanto a abandonos, ya que suelen aumentar. “Por Navidad siguen regalándose mascotas, pero en El Cau esto lo tenemos muy en cuenta y no queremos dar animales para regalar por estas fechas porque en muchos casos son perros que retornan a la protectora o vuelven a ser abandonados a su suerte”, señala la voluntaria de la entidad proanimalista.

esperanza // A esta difícil situación, se le suman casos de maltrato escalofriantes, como los de Héroe y Ancor, que han supuesto costosas operaciones para salvarles la vida y encomiables gestiones para encontrarles una nueva familia adoptiva. Dos historias complicadas, pero con final feliz que, para los voluntarios de El Cau, compensan muchos de los esfuerzos realizados. El caso de Héroe, un perro víctima del maltrato humano más cruel, ha tenido final feliz, pero las secuelas físicas le quedarán para toda su vida. El perro fue encontrado en una playa de la costa norte dentro de una caja y era tal su estado que la pareja que lo halló se pensó en principio que era un abrigo. Ha sufrido la amputación de su pata y le pusieron hierros para fortalecer la otra. Además, está prácticamente ciego.

Ancor fue transportado de Morella a Vinaròs con un disparo en la cabeza. Tras varias operaciones, y aunque perdió un ojo, evolucionó favorablemente. Una voluntaria de la asociación protectora lo acogió en su casa hasta que más tarde fue adoptado de forma definitiva por un matrimonio inglés, Rita y Trevor, que viven en Vinaròs.

El Cau ha iniciado semanas atrás una colaboración muy especial con el centro de día municipal para mayores de la localidad. Lleva a cabo un interesante proyecto de terapia asistida, gracias a la cual los perros aportan numerosos de beneficios a los mayores. Sin duda, una buena causa. H