Casi una hora de cola. Este es el tiempo que los más madrugadores tuvieron que aguardar ayer para recoger la pulsera de la 75 edición de la estructura actual de las fiestas de la Magdalena en el primer día de su reparto en la plaza Mayor. La distribución comenzó pasadas las 10.30 horas, aunque alrededor de las 9.30, los primeros castellonenses que querían conseguir la pulsera festera comenzaron a formar las primeras filas. Con paciencia e ilusión, esperaron hasta que finalmente las principales autoridades y representantes de la fiesta dieron a cada uno de los interesados dos pulseras.

La alcaldesa de Castellón, Amparo Marco; junto a la reina de las Fiestas, Natalia Palacio; la representante infantil, Natalia Collazos; el concejal de Fiestas, Omar Braina, y la presidenta de la Junta de Festes, Noelia Selma, dieron el pistoletazo de salida al reparto de la pulsera, diseñada por Mónica Toledo (ya ganó este concurso en el 2017 y en esta edición compitió con otros 42 diseños), y de la que se distribuirán 70.000 unidades. Una parte las llevarán a la Feria Internacional de Turismo (Fitur) para la promoción de la semana grande de la capital de la Plana, declarada de interés turístico internacional desde la edición del 2010. Una réplica desmontable de la gaiata también dará a conocer las fiestas en el certamen de Madrid.

Y precisamente por este motivo, el Patronat de Festes del Ayuntamiento de Castellón, en colaboración con la Junta, decidieron adelantar el reparto --ya lo hicieron el año pasado--, con el objetivo de que sean los castellonenses los primeros en lucir esta pulsera --con el lema de 75 anys de tradició--, que se ha convertido en un emblema, cara a la recta final del comienzo de las fiestas de Castellón, que tendrán lugar del 23 al 31 de marzo.

Para grandes y pequeños

Grandes y pequeños no se quisieron perder la oportunidad de conseguir una de estas pulseras. También podrán hacerlo hoy por la tarde --hasta agotar existencias-- en la plaza Mayor y en la tenencia de alcaldía del Grao, de 17.00 a 21.00 horas.

De esta forma, los castellonenses comienzan a calentar motores para volver a celebrar su semana grande en el tercer domingo de Cuaresma.

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