El pasado 28 de agosto dos bomberos del Parque de Nules veían cumplido su sueño de completar el Ultra Trail del Mont-Blanc, considerado el más duro y prestigioso de Europa.

Pepe Valero Peiró, ondense de 47 años y miembro del Club de Atletismo Onda, y José Luis Beltrán Castillo, valldeuxense de 52 años y perteneciente al Club Mur i Castell-Tuga, emprendieron esta aventura acompañados por dos buenos amigos, José Miguel Aznar, de Catarroja, el único que ya había acabado la prueba en el 2014, y el madrileño Jesús Manuel Rodríguez, quien ya acompañó a Pepe Valero en su primer intento en el 2011, cuando ambos tuvieron que retirarse antes de la meta.

Pese al enorme reto, 170 kilómetros y un desnivel positivo de 10.000 metros, los cuatro corredores tomaron la salida “tranquilos, porque sabíamos que 2.000 voluntarios estaban preparados para ofrecernos ayuda y ánimo”, como recuerda Pepe.

Al claro de luna bordearon l’Aiguille de Bionnassay y atravesaron el Col du Bonhomme. Con la salida del sol, pasaron por el Col de la Seigne y entraron en terreno italiano, el mágico Valle Veni dominado por la Noire de Peuterey y los glaciares que descienden del Mont-Blanc, reponiendo fuerzas en el avituallamiento del km 79, en Coulmaier. Allí Jesús se vio obligado a abandonar por problemas intestinales, mientras sus compañeros llegaban a Suiza, y tras soportar el cansancio y las dudas, alcanzaban la vertical de los Drus y el Mont-Blanc. Los dos bomberos castellonenses emplearon 45 horas y 36 minutos, pero decidieron esperar a su compañero, que se había quedado rezagado, para cruzar los tres a la vez la meta con 46 horas y 14 minutos, ya que “la posición o el tiempo nos daba igual, solo queríamos acabar todos juntos”.

En la meta recibieron el cariño de familiares y amigos, un grupo de 13 personas que se desplazó a Francia para compartir el desafío, y que departieron allí con el diputado de Deportes de Castellón, Luis Martínez, y los representantes de las carreras provinciales Penyagolosa Trails.

Pepe confiesa que para él completar el ultra “ha sido como quitarme una espinita tras no poder acabarla en el 2011, sobre todo teniendo en cuenta que es muy difícil poder participar en esta carrera”. Y es que cada año 15.000 atletas realizan la preinscripción pero solo son admitidos 2.300. De hecho, los dos castellonenses llevaban esperando desde el 2014 para correrla.

Con respecto a su anterior participación, Pepe apunta que “he ganado experiencia. Entonces me retiré en el km 110 porque me quedé solo y me caía de sueño, pero esta vez he dormido aunque fuese a ratos, e ir acompañado también ayuda mucho, sobre todo a mantener la cabeza fría en una prueba que exige mucho a nivel mental, incluso más que en lo físico”. H