La ignorancia es muy mala, la malicia y la tergiversación peores, y si afecta a la historia, delictivo. Y más si se añade el agravante de hacerlo con fines torticeros y manipuladores.

La Corona de Aragón, con origen en el s. XI, estaba constituida por un conjunto de territorios sometidos a un monarca, el rey de Aragón. Ha comprendido los reinos de Aragón, Valencia, Mallorca, Sicilia, Nápoles, Cerdeña, los condados catalanes, entre ellos el condado de Barcelona, de Rosellón o Cerdaña; el marquesado de la Provenza, los ducados de Atenas y Neopatria. Todos los habitantes de estas tierras podemos sentirnos, o no, partícipes y orgullosos de esta pertenencia en igual medida. La denominación Corona catalanoaragonesa y otras como Confederación catalanoaragonesa, Reino de Cataluña o la delirante (y significativa) imperio catalán, son apócrifas y falsas. Se la inventó, dentro de la Renaixença en 1872, el Sr. Bofarull, pariente de aquel que masacró el Llibre del Repartiment de Valencia para quitar aragoneses y navarros del mismo y que hubiera más catalanes. Esta era su moral. A partir de ahí, los nacionalistas manipulan la historiografía catalana, reescribiendo la historia con poco respeto a la misma y a los demás, y mucha mala fe y adoctrinamiento. Así, van cogiendo lo que les interesa de los vecinos, p. ej. el siglo XV, de oro de la literatura valenciana, donde todos sus autores afirman que escribían en valenciano, no mencionan el catalán. Lo que hoy se puede ver en las webs oficiales de las administraciones catalanas es vergonzoso, aberrante y ridículo. Así les va.

*Notario