Según el diccionario de la RAE, es la persona que lleva y trae cuentos y chismes. Viene evidentemente de la frase corre, ve y dile. Que se junta para abreviar y mejor definir el personaje. También se identifica con un alcahuete.

Este tipejo se dedica a otear leer, escuchar y en general a estar atento a cualquier acción de alguien, aunque seguramente no la entiende y ver a quien le puede herir o molestar, yendo inmediatamente a decírselo, con frecuencia aumentado y distorsionado. Por supuesto incluyendo la acusación al autor de lo que el transmite que según indica el pronombre final «le» está destinado a una persona concreta, a la que cree que puede afectarle más.

Nunca trasmite nada positivo, ni grato porque estaría en contra de su pérfida esencia, solo lo que piensa qué hace más daño y si es útil exagera e incluso miente, qué más da si sirve para conseguir su miserable objetivo, que básicamente es conseguir que los interesados se enfaden y peleen.

EL MUNDO de los rumores, acusaciones, bulos, murmuraciones, enredos, etc, es donde mejor se mueve. Se da entre hombres y mujeres, en todos los oficios y clases sociales, pero algunos son especialmente conspicuos o hacen de esta actividad el motivo principal de su existir. Suele coincidir con los envidiosos, ociosos, desfaenados e inútiles, pobrecillos. Porque desde luego buenas personas no son y un tanto innobles, frívolos y miserables, sí. Dedicarse a mal meter y calentar la cabeza debe ser muy, muy triste.

La solución, prudencia en el que habla, escepticismo en el que escucha y todos, mandar a la porra a ese correveidile.

*Notario