José Carlos, Serafín, Paco, Samuel, Sevilla, Salva, Hilario y Juan. Fueron los únicos que trabajaron ayer en el almuerzo de la Asociación de Vecinos Meridiano. Los hombres de la junta que, como vienen haciendo desde hace más de una década, dedican un día de las fiestas de la agrupación (en honor a la Asunción) a mimar a las mujeres de la zona, alrededor de un centenar. «Quedamos a las seis de la mañana para preparar el almuerzo y no les dejamos hacer nada durante todo el día», explica el presidente de los vecinos, José Carlos Mas. Seis kilos de bacon, 120 huevos, 150 longanizas, dos caja de pimientos, melones, ensaladas y bebida y «mucho cariño», apuntan, entre fogones, los cocineros. Son los ingredientes del menú con el que agasajaron a sus comensales. Una receta muy energética para afrontar el último día de las fiestas de la asociación (a falta de la misa del miércoles).

Las mujeres, entre ellas Cristina, Mari Fe o Marian, reconocen que les gusta disfrutar de este distendido día en el que se sienten protagonistas y en el que su misión empieza también a primera hora, con la despertà por los alrededores del parque Meridiano, donde con cacerolas, botellas y cencerros van tocando diana a sus vecinos. Lo cuentan Juani, Ángeles y Victoria, recién terminado el almuerzo y con ganas de seguir dando guerra a los hombres de la junta del Meridiano.

Se respira un buen ambiente, amenizado este año con la charanga Magos del Ritmo. Adriana, monitora de tiempo libre, anima a los vecinos a mover el esqueleto a su ritmo. Las coreografías corren a cuenta de ellos, mientras ellas, desde las mesas, aplauden, ríen y se unen al baile.

Chicas de todas las edades, desde niñas a abuelas, aprovechan este ya tradicional almuerzo para pasar una jornada diferente en su barrio de la Marjaleria, donde la mayoría pasa todo el año. La juerga es tal que, explican, hay incluso mujeres que no son de la asociación que les piden ir este día para compartirlo con ellas.

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