La Universitat Jaume I (UJI) celebró ayer el Día Europeo de la Salud Sexual con la instalación de mesas informativas en las facultades de Humanas y de Salud con el objetivo de promocionar el bienestar y prevenir riesgos físicos y psicológicos.

Los asistentes pudieron experimentar cómo afecta el consumo de alcohol al coito. «Al igual que toda actividad, se ve interferida», explicó Naiara Martínez, técnica del programa de Diversidad Sexual. Con la ayuda de unas gafas de simulación, que distorsionaban la visión, y un consolador podrían hacerse una idea de lo difícil que es poner el condón con unas copas de más y las complicaciones que podrían surgir, desde colocarlo al revés hasta que se le introdujera aire o incluso sufriera una rotura.

También asesoraron acerca de los métodos de protección desde la perspectiva LGTBi, no solo heterocentrista, sobre los distintos tipos de condones o incluso qué lubricantes son mejores.

Mitos erróneos

Podían escoger globos con frases referentes a mitos erróneos en su interior, como que teniendo la regla no puedes quedarte embarazada o que los juegos sexuales sin penetración no propagan infecciones de transmisión sexual (ITS). Los jóvenes aprovecharon para resolver dudas. Por ejemplo, dónde acudir a hacerse una prueba de ITS, o resolver pasatiempos temáticos. Aparte, les informaron sobre el servicio de sexología gratuito de la propia Jaume I.

La iniciativa parte del programa UJI saludable y el servicio Unisexsida. El catedrático de Psicología, Rafa Ballester, remarcó que esta jornada es para recordar la verdadera importancia que tiene en la calidad de vida la salud sexual, la cual constituye un potencial de crecimiento como persona y de disfrute, pero que no se puede imponer.

Señaló que hay gente que piensa que la salud sexual es no tener problemas de respuesta sexual, de erección, de deseo o con el orgasmo, pero que va mucho más allá. «Ahora que está en pleno debate el tema del pin parental apelando a la libertad, esta la tenemos cuando hay información y lo mejor que podemos hacer es dar a nuestros hijos una buena educación sexual. Eso les ayudará a prevenir ITS, a tener unas buenas relaciones sexuales, o a ser lo suficiente asertivos para decir lo que quieren o no hacer», añadió Ballester.

Hace falta, dijo, «buena información, actitudes y comportamientos para aniquilar a las manadas», resumió. «No entender que una persona se pueda sentir atraída indistintamente por los dos sexos o que no se sienta bien con el cuerpo con el que ha nacido o, incluso, tener actitudes negativas o estimatizantes, machistas, antitransgénero u homófobas, es un mal indicador». Apeló a que las personas con discapacidad puedan disfrutar de su sexualidad.

Prácticas de riesgo

También reivindicó actitudes saludables. Advirtió de que tener comportamientos que ponen en riesgo a uno mismo o a otros con la transmisión de ITS o, incluso, cometer agresiones sexuales implica no tener una buena salud en este ámbito. Asimismo reivindicó que los niños también tienen este derecho, alertando de los efectos devastadores que suponen los abusos sexuales infantiles o la mutilación genital.

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