Emoción y nervios, como los corredores profesionales. Es lo desprendían los rostros de los más pequeños minutos antes de empezar el encierro infantil. Cuatro toros, que tenían todo el aspecto de ser reales, aunque sin serlo, esperaban frente a las escaleras de Santa Clara, en la calle Mayor, para protagonizar la segunda carrera de la semana grande de las fiestas, a cargo de la empresa de Burriana Bou per la Vila. Carretones con pitones auténticos que aguardaban mientras eran acariciados por los niños, y los padres.

Tras el cántico de rigor para encomendarse a San Fermín con ejemplares de este periódico en mano, empezó la carrera por toda la calle Mayor, hasta María Agustina. En total se efectuaron tres recorridos completos. Hubo risas, gritos y caídas, como en los encierros que copan muchas fiestas de municipios de la provincia. Corrieron tanto como pudieron los niños, las niñas, y también las madres, padres, abuelos y tíos, convirtiendo la calle en un río de gente, yendo y viniendo intentando sortear las embestidas de los morlacos. Toros con pelo, a tamaño real, empujados por cuatro aficionados que supieron cómo meter la adrenalina en el cuerpo a los participantes. Para hoy, está programado un nuevo encierro infantil, a partir de las 12.45, desde la calle Mayor.

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