Una lección de honradez y todo un ejemplo de civismo es lo que ha dado la castellonense Pepi García. Vecina de la capital de la Plana y de 58 años, se ha convertido en protagonista por devolver una cartera extraviada en un autobús de línea de la capital. Hasta ahí todo normal. La peculiaridad de esta historia reside en la cantidad que contenía el monedero perdido: nada más y nada menos que 1.376 euros en metálico.

Todo sucedió el pasado jueves a mediodía. Al salir de trabajar, Pepi cogió, como cada día, el bus número 16. Eran sobre las 14.30 horas cuando se percató de que había una cartera entre los dos asientos del autocar en el que viajaba. «Vi el monedero y lo cogí, para intentar localizar a su dueño/a», ha explicado esta celadora del Hospital General de Castellón en una entrevista concedida al periódico Mediterráneo.

Ni siquiera miró qué había dentro hasta que llegó a su casa. No le interesaba. Una vez en la intimidad de su hogar, abrió el billetero para comprobar si había un DNI y cuál fue su sorpresa al ver la cantidad de efectivo que guardaba. «En ningún momento pensé en quedarme ni un solo euro. Yo no quiero nada que no sea mío, que no me haya ganado yo. Lo primero que me vino a la cabeza fue el disgusto que debía tener la persona que lo había extraviado», ha relatado la castellonense.

Ayudada por su hija policía

Madre de una agente de la Policía Nacional, se puso en contacto con su hija para explicarle lo que había ocurrido y preguntarle de qué manera podía averiguar a quién pertenecía ese dinero.

«Mi hija, que está destinada en Barcelona, me dijo que comprobaría las denuncias e intentaría contactar con la perjudicada. Así lo hicimos», ha recordado. La angustiada dueña del monedero, que daba el dinero por perdido y tenía muy pocas esperanzas de recuperarlo, no daba crédito cuando recibió la llamada de Pepi. «La mujer no paraba de llorar y de darme las gracias. Estaba muy contenta y no se lo creía. Los 1.376 euros eran buena parte del presupuesto para una comunión, así que el disgusto y el sofoco que tenía por haberlo perdido era tremendo», ha contado la protagonista a este periódico.

Las dos mujeres se encontraron en una cafetería de la capital para hacer efectiva la entrega de la valiosa cartera. «Sé que hay mucha gente que se hubiera quedado el dinero, pero yo no. Si encuentro algo y puedo localizar a la persona que lo ha extraviado, lo hago sin pensarlo dos veces. Creo que es lo que hay que hacer, lo que me han enseñado y lo que me dicta el corazón», ha apuntado Pepi, una mujer que se ha convertido en abanderada de la honestidad y que ha recordado la importancia de los valores en tiempos revueltos.

Como agradecimiento, la dueña de la billetera quiso darle algo de dinero. «Le dije que no, por supuesto, que no iba a coger nada. Entonces, como ella vio que no me iba a convencer, se fue a una administración y me compró un décimo de lotería para darme las gracias por el gesto», ha recordado.

Ejemplo de honradez

Pepi ha reivindicado la honradez de la ciudadanía y ha abogado por ponerse en la piel de la otra persona. «Ese dinero podía ser de una persona necesitada, podía haber sido para pagar algún tratamiento médico o para abonar una deuda. Hoy en día hay mucha gente que no piensa en los demás, ¿y si nos pasara a nosotros?», reflexiona Pepi, que ha dado todo un ejemplo de honradez.

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