Las mentiras están presentes en todos los ámbitos y situaciones y surgen prácticamente de todo el mundo en alguna ocasión. Admiten muchas graduaciones, de las peores es tratar de engañarse a si mismo. Además, es triste, porque salvo que seas un demente es prácticamente imposible, siempre hay un pedacito de cerebro y que te dice que aquello no es verdad, nunca puedes engañar a tu conciencia. A veces la realidad no es agradable y no se tiene la energía necesaria para afrontarla, tratas de protegerte y evadirte con el autoengaño, la niegas la ocultas o la supones olvidada. Falsificas tu capacidad, tu forma de ser, lo que los demás piensan de ti, el supuesto amor que te tienen. Te crees mejor, más alto, más guapo y más listo, piensas que eres buena persona y que todos lo creen.

MUESTRA actual de todo ello, son las redes sociales donde pones fragmentos de tu vida, vendiéndolos como súper chulos cuando la realidad puede ser muy distinta y solo son postureo. Supuestos todos que no tienen nada que ver con la autoestima., la confianza en uno mismo y el esfuerzo que hace falta para conseguir tus metas. Un ser humano formado, maduro y racional debe aceptar y asumir la verdad, sea cuál sea, con sinceridad, es lo honesto y lo valiente y si es negativa luchar por superarla. Si reconoces la verdad, te conoces a ti mismo en lo bueno y en lo malo, creces como persona y tus relaciones con los demás mejoran. Equilibras emociones y pensamientos, entre tu parte física y espiritual. Autoengañarse te limita y boicotea tu vida, quizás para siempre.

*Notario