El psicólogo Juan Tosca ofrece mañana, a partir de las 20.00 horas y en el centro cultural La Bohemia de Castellón, la conferencia Cómo superar adicciones a los videojuegos y las nuevas tecnologías. Durante el evento le acompañará también Javier Puerto, representante de los centros privados de desintoxicaciones CCAdicciones, con sede en Tarragona.

Tosca, con 25 años de experiencia en la psicología, advierte de un crecimiento muy importante de las dependencias a las consolas y los teléfonos móviles en los últimos 10 años y apunta que los padres tienen un papel clave a la hora de marcar pautas adecuadas de conducta a los niños y adolescentes.

A juicio de este experto, «se podría decir que los videojuegos y nuevas tecnologías se convierten en un problema que afecta a segmentos crecientes de niños y adolescentes desde hace 10 años». No obstante, señala que «cada vez el problema es mayor y afecta aproximadamente a uno de cada cinco usuarios». El año pasado, la Organización Mundial de la Salud incluyó por primera vez estas situaciones en su catálogo de enfermedades mentales. Las empresas desarrolladoras son cada vez más capaces de generar una atracción en los menores, que después se convierte en adicción, según resalta este psicólogo.

Tosca da las claves a las familias para ayudar a detectar cuándo un niño pasa del uso al abuso o la dependencia con la tecnología y las consolas. «Lo más visible son los cambios de conducta que se producen en estos adolescentes. También deben de preocupar a los padres los casos de menores que pasan más de tres o cuatro horas al día jugando a videojuegos, o cuando un chaval es pillado jugando en horas de descanso. Por último, se suelen producir situaciones de agresividad cuando se quiere reducir el tiempo de exposición», argumenta.

«¿Qué pueden hacer los padres?»

Tosca considera que la prevención es clave. «La tarea más importante se debe realizar antes de que se evidencie que existe una adicción. Hay que regular los horarios y el uso de consolas o teléfonos móviles nunca deben ser superiores a una hora entre semana, y de tres horas en fin de semana. El papel de los progenitores debe pasar por una negociación de estos horarios, que también deben ir muy ligados al rendimiento académico de los menores».

Además, explica la labor del psicólogo ante este tipo de adicciones: «En mi caso procuro exponer muy poco a los adolescentes y hay muchos casos en los que no llego ni a conocerlos. Trabajo fundamentalmente con los padres en la búsqueda de soluciones».

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