El Estudio Europeo de Valores 2019 elaborado por la Fundación BBVA recoge unos resultados sorprendentes. Sobre que el Estado debe ser el responsable del nivel de vida de las personas, el 76% de los españoles lo cree así, en Alemania el 41%. Y acerca de que las personas más formadas y los menos formados ganen lo mismo, el 49% de los españoles opina así frente al 24% de los británicos.

Me asombra y no puedo ni quiero creerme que gran parte de mis compatriotas piense que da igual su preparación y esfuerzo en su futuro y que el Estado se ocupará de todo. Sin ánimo de ofender, me suena a vagos. La meritocracia supone el ascenso de los mejores, de los que tienen más mérito por educación, aptitud, trabajo, esfuerzo, voluntad, habilidades, inteligencia, motivación, etc.; y no por origen social, riqueza o relaciones. Creo que es lo más justo, al igual que Voltaire, Gengis Kan, Napoleón, Platón o Confucio.

El esfuerzo, luchar por lo que quieres, es algo muy positivo y su carencia en la educación es un desastre para la sociedad. Los hijos de la LOGSE han sufrido esta carencia y ahora opinan así. Exigen derechos sin asumir obligaciones. Partiendo de que tenemos un Estado de bienestar que cubre las necesidades básicas, si quieres llegar más lejos, tienes que formarte, esforzarte y trabajar, tener capacidad de sacrificio y afán de superación.

La realidad es que nada es fácil y que el que con dejadez y mediocridad espere llegar lejos, solo conseguirá estrellarse. Decía mi abuela: «el que quiera peces, que se moje el culo». Yo, desde luego, es lo que intentaré transmitir a mis hijos.

*Notario