En la pasada legislatura, cuando Ana Botella regía los destinos de los madrileños en lo universal, varias ramas de árboles cayeron al suelo en el parque del Retiro y en otras zonas de la capital. Por descontado los oportunistas radicales responsabilizaron de ello a la alcaldesa.

En la presente legislatura, cuando es Manuela Carmena quien rige los destinos de los madrileños en lo universal, han caído más ramas de árboles en el parque del Retiro y en otras zonas de la capital, aunque, para los otrora oportunistas, no ha sido culpa de Manuela sino de los propios árboles. Árboles tontos, viejos y feos que no saben lo que hacen.

A cuenta de esto, he leído esta semana que algunos municipios provinciales van a ponerse las pilas. Por ejemplo, en Benicàssim van a realizar inspecciones técnicas a los 48 eucaliptos del paseo marítimo y van a limpiar, desinfectar y adecentar las 63 fuentes de la localidad. De este modo, si una rama cae sobre un coche o si un chiquillo se rompe un diente en una fuente, el trabajo de prevención municipal estará hecho.

Aplaudo esta medida. La concejalía de turno ha decidido tomar el toro por los cuernos y prevenir antes que curar. Así se hacen las cosas.

No obstante, no le arriendo la ganancia al concejal pues los oportunistas radicales le responsabilizarán igualmente si algo malo sucede.

*Escritor