A las puertas de la estación estival, y con el drástico aumento de la temperatura durante estos pasados días, llega un momento recurrente del inicio del buen tiempo: la elección de las gafas de sol. Tiendas low cost, bazares chinos, puestos ambulantes e incluso conocidas cadenas textiles muestran ya en sus escaparates un amplio abanico de las tendencias que calarán esta temporada. Lentes redondas, monturas con contraste de materiales y el rescate de modelos vintage marcan, en un alto porcentaje, la opción de compra. La pregunta es: ¿Se han convertido las gafas de sol en un accesorio del atuendo más? Según revelan Marta Rubert y Adriana Temprado, de la Unidad de Optometría del Servicio de Oftalmología del Hospital Provincial, los ojos son una parte sensible y muy delicada, por lo que “debemos ser muy cuidadosos con ellos” y aconsejan que los productos visuales “tendrían que ser adquiridos en tiendas especializadas porque ofrecen las garantía de salud que son necesarias”.

“Si desconocemos la calidad del material y el tipo de filtro de la gafa, podemos no estar protegidos de las radiaciones, por lo que la exposición reiterada al sol puede ocasionarnos patologías a largo plazo”. Unas anomalías que, según revelan los oftalmólogos, pueden derivar en cataratas. En este sentido, los expertos explican que “unas gafas de sol más oscuras no implican mayor protección”. “Debe ser el filtro adecuado el que nos garantice la defensa contra las radiaciones”, concretan.

MODA Y PROTECCIÓN // Sin embargo, hoy en día la moda no está reñida con la protección. En los establecimientos especializados, el asesoramiento de los optomestristas “ayuda a elegir unas gafas según la necesidad de protección a las radiaciones de cada uno”, explican. Asimismo, los expertos advierten de que todas las gafas de sol deben estar homologadas y presentar el marcado CE, “que acredita el cumplimiento de la normativa de calidad y seguridad”. Hay que recordar que la radiación solar es acumulativa, por lo que la exposición durante la infancia influye de manera significativa en el riesgo de enfermedades oculares en la vida adulta. Tal y como argumentan los especialistas, el ojo no alcanza su madurez hasta los 25 años.

Con todo, y aunque las gafas de sol se hayan convertido en todo un manifiesto del estilo y la moda, cabe valorar, desde un principio, la salud de los ojos y alejarse siempre de la creencia de que las gafas son un complemento más. H