Considerado El señor de la televisión de México, fue pionero de la radio y precursor de las telenovelas. Y nació en Betxí, concretamente, en la calle Mayor, número 27. Luis de Llano Palmer (1915-2012) podría considerarse el vecino más universal de ese municipio de la Plana Baixa, a pesar de ser un desconocido en su tierra natal. Para corregirlo, el Ayuntamiento le ha rendido un homenaje póstumo otorgándole por unanimidad el título de hijo predilecto de la población. Nunca olvidó sus orígenes, aunque tuvo que emigrar pronto.

Su historia es digna de un libro o, por qué no, una serie de entretenimiento, donde fue todo un referente. Hijo del general Francisco Llano de la Encomienda, famoso militar que durante la guerra civil se mantuvo fiel a la República, tras el triunfo de Franco toda la familia tuvo que desplazarse a México.

Allí, Luis de Llano, quien estudió para ser abogado, hizo carrera. Pero no en el campo de la jurisprudencia, sino en el entretenimiento audiovisual, dejando una profunda huella.

Destacó como gran difusor de telenovelas, traductor de canciones de éxito mundial y productor de programas de renombre que llegaron a España, como El Chavo del ocho o El Chapulín Colorado. De hecho, suma en su trayectoria galardones como Caballero de las Artes y Letras y Legión de Honor en Francia; e, incluso, ganó un premio Ondas en 1970. Fue amigo del rey Juan Carlos I.

En 1969 regresó a Betxí, por su amor a la población y para visitar a los amigos que dejó de joven. Volvió más veces y se alojaba en casa de Avelino el fuster y de Amparo la Xoxima.

Ahora, son sus descendientes quienes conocen la población, como sus nietos, que participaron en el último Sant Antoni y no faltaron al acto que convirtió a Luis de Llano como Clavari del 2019. Próximamente, el consistorio impulsará un ciclo de propuestas para ensalzar su leyenda.

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