Hermanos: estaréis de acuerdo conmigo de que los acontecimientos políticos están pasando a una velocidad de vértigo. En cuatro meses, con el de agosto por en medio, ha pasado de todo. Cambios de presidentes de país, de comunidades autónomas, de partido. Desprestigio de la universidad (algunas más que otras). Judicialización de las mentiras y de las trampas que finalmente quedan en nada. Tesis doctorales que son las más leídas y analizadas de la historia.

Tengámoslo claro tú y yo vamos a hablar en el trabajo, en la cena con los amigos o en bar de lo que ellos quieran. ¿Qué quién son ellos? Qué más da. Los de siempre. Los que han manejado el cotarro desde que la civilización occidental es civilización (o algo parecido). Parece ser que su consigna es que demos vueltas como el hámster en su jaula. Vueltas cada vez más rápidas, pero siempre en el mismo sitio. Que si Cataluña y su independencia… todos a dar vueltas. Que si la tesis doctoral de Sánchez… todos a dar vueltas. Que si los masters de los políticos… más vueltas y vueltas.

Mientras tanto, en Europa se están preparando las bases para que el populismo (antes llamado ultraderecha) se haga con el poder del poder más importante y el que realmente dirige nuestras vidas: la Unión Europea. En Rusia y Estados Unidos, este proceso ya ha concluido, con Putin y con Trump. China y los árabes ven el futuro muy diferente a nosotros y no muy a nuestro favor por lo visto.

Estamos pasados de vueltas. Y cuando nos saquen de la rueda (si nos sacan) saldremos tan mareaditos que no sabremos ni dónde estamos.

*Abogado. Urbanista