Hace un par de jueves terminé esta columna poniendo como un trapo a las banderas del mundo. Lo cual sirvió para que, hasta en mi casa, me pusieran como un trapo a mí. En fin, a lo mejor tienen razón los demás. Pero no me negarán que para lo que sirven es para hacer de telón. Se levanta el telón y se ve la corrupción de los partidos políticos en el poder. Se baja el telón de la bandera y ya no se ve nada. ¿Cómo se llama la película? In..Inde…Independeciààà.

Hoy cerraré hablando de himnos y puños, porque me ha sorprendido la utilización de viejos himnos y gestos como el puño en alto para demostrar algunos futuros políticos lo modernos y representantes del futuro que son. Me refiero a la gente de Podemos, los cuales es lógico que canten la Internacional con la letra comunista. Pero que no es tan lógico para jóvenes y no tan jóvenes del PSOE.

Será verdad eso de que las modas vuelven. Pero a mí me parece ridículo. Vuelven los nacionalismos extremos, vuelven los viejos himnos, vuelven los juegos de manitas con puños cerrados y manos abiertas y todos se definen como modernos, y pretenden sumar futuro así.

Creo que esos ataques de nostalgia solo puede llevarnos a lo que sufrieron nuestros abuelos. O le quitamos la letra a la internacional o se la actualizamos (como debiera hacerse con la Constitución). Y lo de levantar puños o manitas abiertas dejémoslo para los libros.

Lo moderno es la internacionalización de la socialdemocracia. Un solo partido socialdemócrata o socialista para toda la Unión Europea. Eso sí que sería moderno y sumaria futuro.

*Abogado. Urbanista