Realidad y ficción se mezclan en una iniciativa solidaria que ha implicado a los 130 alumnos de segundo de la ESO del IES Miquel Peris i Segarra del Grao de Castellón y que tiene en la edición de un cedé la herramienta perfecta para hacer ver la realidad de los refugiados y hacerlo a través del compromiso y la mirada adolescente.

Siete historias narradas y un rap componen los contenidos de un compac que, a partir del día 13, se pondrá a la venta al precio de 3 euros y cuyos beneficios irán dirigidos a Cruz Roja para la atención de los refugiados que huyen de la guerra.

La iniciativa se gestó en la clase de música, como un elemento formativo más, pero también como una manera de extender la concienciación de los jóvenes ante el drama de los refugiados sirios, tal como recuerda el coordinador de la campaña, Pablo Ramos. “En la mayoría de los casos son historias inventadas, pero con gran realismo, inspiradas en el día a día que conocemos a través de los medios y donde se toca el problema sin ningún tipo de frivolidad”, señala el propio profesor.

El trabajo relata episodios de Taleb, de 14 años; Fátima, de 13; Arfán, de 10; Youssef, de 5; o de Yaiza, de 7; además se ofrece la composición Rapeando por Siria o el caso real de Mohamed, de 14 años, que escenifica la llegada de una mujer siria a un poblado y cómo la gente del lugar la acogió hasta que decidió seguir en su éxodo a un Occidente cerrado a cal y canto.

“En todo esto lo realmente importante es el conocimiento y los chicos han sabido involucrarse con gran madurez en estas historias”, según el coordinador del proyecto, que espera que en unos diez días puedan salir a la calle a ofrecer este trabajo al conjunto de castellonenses.

Cada una de las creaciones hablan del drama, pero también de la grandeza de las personas que viven en situaciones límites, de niños sirios que tienen los mismos sueños que cualquier niño.

El cedé incluye las mejores narraciones de un total de 60, con la voz de los propios estudiantes en un proyecto que lo único que persigue es tomar consciencia de un problema, pero también que los alumnos puedan vivir y compartir, por un día, la experiencia de los cooperantes a pie de calle, afrontando la indiferencia y la indulgencia de los ciudadanos a los que se les reclama su valiosa colaboración.

“Son relatos de chicos hechos por chicos”, explica Pablo Ramos, quien señala que el rap cuenta con una letra de autoría colectiva, en la que ha participado el conjunto de alumnos y en el que, “lo más importante es lograr transmitir el mensaje”, ese que solo puede hacer la mirada de un niño y la voz del adolescente. H