Me gusta Javier Fernández, el hombre tranquilo, presidente de Asturias y de la gestora que desde hace unos días dirige los destinos de los socialistas. Le he oído en diferentes medios, y he escuchado lo que dice con atención. Porque recuerden, queridos lectores, que en este cainita país todos oímos pero pocos escuchamos. El caso es que Fernández, sin levantar la voz, ha colocado encima de la mesa una verdad muy incómoda para ciertos políticos. Una realidad que algunos sociatas, muchos peperos, muchísimos nacionatas y todos los podemitas se empeñan en negar.

Si hubiera terceras elecciones, el PSOE perdería muchos votos que irían a parar a Podemos. Y Ciudadanos prácticamente de-saparecería. El resultado sería que el PP ganaría de nuevo las elecciones, rozando la mayoría absoluta mientras el PSOE pasaría por un calvario de legislatura como pocas veces se ha visto. Ante este panorama, ¿por qué no abstenerse en una nueva sesión de investidura? Eso he oído decir a Javier Fernández y a otros destacados dirigentes que saben algo de política, de estrategia y de movimientos orquestales en la oscuridad.

Al PP y a Podemos y sus aliados les conviene ir a terceras elecciones. Y al PSOE y a Ciudadanos no. Así de claro. Y ante esta perspectiva, que cada cual obre en consecuencia. Pero usando la cabeza para algo más que llevar sombrero. H

*Escritor