El orgullo por sus raíces y el hecho de ponerlas en valor hasta el punto de ser el mejor modo de integrarse. O, como María José Martínez resume: «Un chute de autoestima». Este fue quizás el sentimiento más compartido entre los 120 alumnos del Institut d’Educació Secundària Miquel Peris i Segarra, del Grao, que participaron en el Día de las Lenguas, la novedosa iniciativa que Martínez, junto a su compañera y también profesora de inglés en el centro, Sara Calvo, llevaron a cabo para hacer ver a los estudiantes de 4º de ESO, dos clases de 1º y a todos aquellos que se quisieron sumar, «que no hay lenguas y culturas más importantes que otras».

La forma en que ambas lo plasmaron fue enseñar la riqueza del chino, el árabe y el rumano, culturas y lenguas sin las que no se puede entender el mundo y que, cada día más, están presentes en cada uno de nuestros barrios.

El Grao es un ejemplo de ello, y así se deja ver en las aulas del Miquel Peris, que cuenta con unos 60 alumnos que se expresan en casa en rumano (aunque muchos de ellos ya han nacido en España), otros 45 que lo hacen en árabe (entre los que se da la misma situación de apego a sus raíces) y siete estudiantes que hablan habitualmente en chino. Dado que todas estas lenguas son extracurriculares (no se estudian en los institutos), Martínez y Calvo invitaron a Isabel, Pang y Simona, tres profesoras de la Escola Oficial d’Idiomes, que mostraron, a través de juegos y actividades de escritura y conversación, la riqueza de estas culturas milenarias.

Protagonistas

Con el refuerzo de los alumnos que se expresan habitualmente en las lenguas que ese día coparon las aulas, 120 jóvenes graueros aprendieron a escribir su nombre en árabe, cantaron en chino (y aprendieron algo de su espectacular caligrafía) y hablaron y tradujeron del rumano la leyenda del conde Drácula.

Además de crear un clima de empatía y luchar así contra el racismo y la xenofobia, la cita sirvió para abrir un nexo con la EOI y animar a los menores a estudiar lenguas menos conocidas; así como para animar a los alumnos que hablan, pero no escriben, su lengua materna, a obtener un certificado que le sirva en su futura carrera laboral.

En expansión

Tal fue el éxito de la jornada que para el año que viene ya quieren ir más allá, con talleres también de ruso y ampliando la iniciativa hasta lograr el Día de la Interculturalidad, añadiendo al taller de lenguas otros, como el de cocinas autóctonas o bailes tradicionales, también en colaboración con la Escuela de Idiomas de Castellón. Asimismo, la iniciativa ya ha alzado el interés de otros institutos de Castellón, que se han puesto en contacto con las organizadoras para importarla a sus centros.

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