Hoy es un día histórico para la tauromaquia castellonense. Varea se doctora como matador de toros en Nimes, de manos de una figura: Manzanares, y el torero del momento: López Simón. Aquel joven de Almassora que deslumbró por su personalidad en la Escuela Taurina de Castellón se ha convertido en una de las jóvenes promesas con condiciones para ser figura del toreo.

--Hoy se cumple uno de sus grandes sueños, tomar la alternativa.

--Todo el que quiere ser torero sueña con que llegue ese día y en mi caso ni en el mejor de los sueños hubiese salido tan bien planteado. Es también una oportunidad de seguir avanzando en la profesión y, por supuesto, es un reto y una responsabilidad estar en un cartel y una plaza de esta categoría. Fue durante la Feria de la Magdalena cuando Simón Casas nos planteó la posibilidad de tomar la alternativa en Nimes y, por fortuna, así va a ser.

--¿Cómo ha afrontado estos días?

--Con una preparación física y mental importante y toreando todo lo que puedo en el campo. Son días de mucha intensidad e ilusión. El toro está ya debajo de la cama. Es una cita clave de mi carrera.

--Llega al escalafón de matadores con una coyuntura positiva para los nuevos valores, pero con una cantidad de toreros que no se lo van a poner fácil.

--Es comenzar de cero en otro nivel muy alto, con una nueva generación de toreros que están arreando mucho y con las figuras que no se dejan pisar el sitio. No va a ser fácil, pero mi objetivo es seguir creciendo, ganarme mi sitio y poder situarme en ese pelotón de toreros jóvenes. Si he decidido dar el paso es porque me veo maduro para estar arriba y pondré todo para lograrlo.

--¿Cómo sueña que sea la alternativa?

--Ya se ha hecho realidad el primer sueño que es estar al lado de dos figuras en una plaza importante. Ahora, solo pienso en disfrutar cada momento de ese día porque es único en la vida. Me gustaría poder expresarme ante el toro como yo lo siento y, de esa forma, hacer sentir a la gente.

--¿Qué sensaciones le dejó su presentación en Las Ventas en lo que fue su despedida como novillero?

--Siempre quise torear en Las Ventas y no quería tomar la alternativa sin pisar antes esa plaza. Todos sabemos que es muy difícil triunfar allí. No hubo triunfo, pero demostré mi disposición y me fui con la conciencia tranquila. En mi segundo novillo noté cómo la gente empujaba para que yo triunfara. Esa sensación y la ovación que escuché, me llenaron de moral. Creo sinceramente que la afición de Madrid ahora me va a esperar con ganas de verme.

--Varea, matador de toros. ¿Le da vértigo pensar en lo que eso supone?

--Un poco sí, pero es lo que uno sueña. El año pasado me di cuenta de que no hay que bajar la guardia en ningún momento y que en cuanto lo hagas te pasan por encima. Ahora tengo una segunda oportunidad para demostrar que lo que he conseguido no ha sido por casualidad. Mi objetivo es estar muchos años en primera fila llevando el nombre de Castellón por todas las ferias taurinas del mundo. H