Ha viajado a miles de kilómetros de la comarca de l’Alcalatén y, en concreto, de su querida Llucena, para ser portadora de solidaridad. Su nombre es Clara Salvador Villach y desde hace algunas semanas está apasionada por un proyecto en Iganga (Uganda), en la costa del lago Victoria, un voluntariado que lleva a cabo en una escuela de niños y jóvenes. «Hemos llegado aquí desde España cargados con instrumentos de música y ropa que nos ha dado la gente y que tanto alegra a quienes lo reciben», señala esta joven, satisfecha de ver que la bienvenida ha sido «maravillosa» por parte de los más pequeños, «que esperaban todo el material» que llevaban.

Clara colabora con una oenegé llamada Destino Uganda, fundada por unos amigos suyos de Galicia que trabajan directamente en una escuela de Iganga, especializada en música y que lleva por título Iganga Community Brass Band. «Es un centro para niños de la calle en una zona marginal con problemas de drogadicción y de alcohol», indica. Está dirigida por John Susi Mpandi, quien también fue un niño marginal y gracias a un colegio como este pudo formarse y acabar estudiando en diversos países europeos hasta llegar a ser profesor de música en Kampala. «Bajo ese espíritu de entrega y de solidaridad con los más desfavorecidos y desprotegidos, nosotros queremos llevar la ilusión y el trabajo para mejorar sus vidas», puntualiza la joven lucenera. Destaca también que desde Destino Uganda hacen llegar con sus viajes material que entrega la gente de sus respectivos municipios, además de crear nuevas instalaciones y conseguir ayudas económicas para poder pagar el alquiler de la escuela y la comida de los niños, entre otras cuestiones de gran relevancia.

«Hay 12 niños de la calle viviendo aquí en el centro con nosotros, aunque cada día acuden entre 40 y 60 alumnos a los que les impartimos clases de música y ahora también de español y de baile», comenta Salvador. «Vivimos con algunos de ellos en la escuela, formando un auténtico hogar y compartiendo alegrías y tristezas», concluye esta joven de Llucena, que se embarcó en dicho proyecto el pasado 22 de marzo y que volverá a su tierra el próximo 6 de mayo cargada de miles de recuerdos y experiencias que a buen seguro le marcarán para toda la vida.

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