A sus 82 años recoge «contento» y muy «agradecido» la medalla al mérito solidario 2017 de la Diputación de Castellón, que le será entregada el próximo sábado con motivo del III Día de la Provincia. Enrique Giménez Adell (Vinaròs, 1935), más conocido como Tío Enrique y toda una institución para el pueblo gitano de Castellón, ha luchado, durante sus 14 años como presidente de la Fundación Punjab, por los derechos y la integración de los gitanos, así como por el reconocimiento de su cultura.

--¿Está el pueblo gitano integrado en la sociedad castellonense actual?

--La comunidad gitana está muy integrada en Castellón, al 100%. Los payos nos aceptan de buen grado y hay una convivencia fenomenal. Como diría un gitano, Castellón es gloria bendita. Sin embargo, aún hay que romper falsos estereotipos. Cuando hay algo negativo que contar se relaciona directamente con la comunidad gitana. En cambio, si hablamos de algo positivo, parece que sea un caso aislado, una excepción.

--¿En qué ámbitos es necesario avanzar por la igualdad? ¿Qué medidas cabría adoptar para potenciarla?

--Sin duda, en el ámbito educativo. Hay colegios y barrios de Castellón que necesitan ayuda institucional. La discriminación positiva parece no estar de moda, pero es imprescindible. Hay que implantar comunidades de aprendizaje, no hay otro camino, y espero que el premio nos ayude a dar solución a este problema. Los políticos no deben olvidarse de que la pobreza se hereda y que, si no hacemos nada al respecto, estamos creando personas dependientes de los servicios sociales. Aunque ahora hay más concienciación acerca de la importancia de que los niños vayan al colegio, ¿cuántos alumnos gitanos hemos conseguido que lleguen a Bachillerato? Cursan Primaria, llegan al instituto y ahí ya se van desenganchando. También hace falta más formación profesional y recuperar oficios perdidos.

--¿Cómo han evolucionado las gitanas de la provincia? ¿Cree que la virginidad hasta el matrimonio perdurará?

--La mujer siempre ha sido muy importante en la subsistencia de la familia gitana. En Castellón tenemos ahora universitarias gitanas y trabajadoras. Ya no se casan tan jóvenes y no tienen tantos hijos porque su mentalidad ha cambiado y no quieren depender tanto del marido. La pureza de la mujer sí debe continuar y creo conveniente que las gitanas se respeten a sí mismas.

--¿Cuál es el valor más importante del pueblo gitano, el que hay que cuidar?

--El respeto a los mayores, sin duda; un valor que se está difuminando con el tiempo. También es muy importante mantener la unidad familiar.

--¿Qué le diría a aquellos que aún hoy tienen prejuicios sobre los gitanos?

--Les diría que se acerquen a conocernos y que entonces podrán juzgar. Como dijo Einstein, «es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio».

nbalaguer@epmediterraneo.com