Lucía Dufol es miembro de la Asociación de Voluntarios de la Caixa desde hace diez años y colabora asiduamente en múltiples proyectos de Castellón para niños, personas discapacitadas, inmigrantes, reforestación, entre otros. Se animó a participar en esta iniciativa al ver que sus compañeros volvían muy ilusionados después del voluntariado y ahora no duda en compartir la experiencia con su hijo.

-¿Cómo nace en su interior la necesidad de ser voluntaria?

--En mi caso, mis compañeros me propusieron unirme hace ya diez años, me incorporé como voluntaria en Castellón, en una primera actividad, a llevar regalos y alegría a un grupo de niños de un centro de acogida en Navidad. Fue una experiencia muy emotiva. Nuestra Obra Social te hace sentir un inmenso orgullo de pertenencia, especialmente cuando compruebas la implicación de sus voluntarios en nuestra sociedad, cada día con más fuerza y presencia. Nuestros polos azules nos distinguen y se nos ve de lejos fácilmente: ¡somos una solidaria marea azul!.

-¿Qué satisfacciones personales te aporta el dedicar unas horas a los demás?

--Sobre todo, la energía positiva que recibes cuando ofreces tu tiempo y dedicación a los demás, en cada momento que compartes. Sientes que llegas al corazón de la gente. Igualmente, el hecho de poder compartir con mi hijo algunas de estas experiencias solidarias es muy importante. Creo que debe aprender a valorar lo que tiene y las oportunidades que la vida le brinda. Como anécdota, recuerdo con mucho cariño una reciente excursión en la que acompañábamos a un grupo de niños y niñas con síndrome de Down. Durante la jornada nos contaban qué querían ser de mayores y, entre futbolistas, bomberos y una veterinaria, se coló uno de los peques que, muy convencido nos dijo: “pues yo de mayor quiero ser voluntario” … ¡y nos conquistó !

-Eres voluntaria por… ¿caridad? ¿filantropía? ¿justicia social?

--No podría etiquetar el voluntariado en otro motivo que no sea la voluntad de ayudar a los demás. Hacen falta personas implicadas con la sociedad, y, afortunadamente, en nuestra asociación lo estamos. Gracias a ello, detectamos carencias muy cerca de nosotros, ya que estamos en contacto con asociaciones de la región y nos ofrecemos continuamente a colaborar. Además, también me siento voluntaria en mi vida, podemos regalar voluntariado en los pequeños gestos de cada día.

-¿Tus creencias religiosas han influido para ser voluntaria?

--Pienso que los principios morales y los valores que te definen se reflejan en tu vida cotidiana y es independiente de la manera en la que vivas tus creencias. Sin duda, influye la ilusión de dar sentido a las palabras “compromiso” y “solidaridad”, y querer contagiar nuestras ganas de colaborar, todo lo que conlleve compartir con quien está cerca de nosotros… A veces, la vorágine del día a día, nos impide ver con claridad que se nos presentan oportunidades de compartir nuestro tiempo y experiencias con quien más lo necesita. He tenido la suerte de crecer en una familia maravillosa, donde mis padres siguen siendo mi ejemplo a seguir. Ellos me han inculcado la fe, el valor de la generosidad, del compromiso, de la gratitud como lema de vida. Y me siento muy orgullosa de ello.

-¿Ser voluntaria es una forma de crecimiento personal?

--Sin duda, aprendo mucho de quien tengo delante, de sus historias pasadas y sus proyectos futuros, personas luchadoras, con coraje, aprendo de los peques, de mucha emoción en algunos encuentros. Cada experiencia me enriquece y me alimenta el alma.

-¿En qué proyectos participas?

--Actualmente estamos inmersos en diversos proyectos muy interesantes, como los Talleres de Economía Financiera: es una formación muy adaptada a los beneficiarios que necesitan orientación para elaborar un presupuesto para casa o comprender algunos conceptos económicos básicos del día a día. Esta iniciativa es muy gratificante, ya que compruebas que lo que estás contando a los asistentes les muy útil y promueve su autonomía. Con esta formación las personas aprenden a gestionar lo que tienen, sus recursos, indispensable para organizarse. Otra iniciativa en la que me encanta participar es la Ciberaula Hospitalaria: varios voluntarios y voluntarias acudimos a hospitales y disfrutamos de una tarde con los niños y las niñas ingresados. Les ayudamos, animamos y jugamos con ellos, haciendo que las horas pasen mucho más rápido. También he participado en la replantación en diversas áreas de Castellón, y hemos colaborado en la búsqueda y control de tortugas en el parque natural de la Serra d’Irta.

-¿Consideras que la sociedad es generosa? ¿Es solidaria?

--Algunas noticias negativas, a veces terribles, nos impiden ver que también hay gente corriente haciendo cosas buenas, dispuestas a hacer que tu día sea mucho mejor. La sociedad es generosa y, en un contexto de crisis económica como la que hemos sufrido, cada jubilado que comparte su pensión, cada abuela que ayuda a sus hijos y a sus nietos a superar las dificultades, es una persona que se sacrifica, tanto en el plano material como, desde luego, en el plano emocional.

-¿Cómo animas a la gente a ejercer esta prestación social?

Nuestro voluntariado está abierto no sólo a los empleados, sino también a las familias, y a cualquier persona que tenga inquietudes y desee colaborar. Las posibilidades son muy variadas, tanto de manera continua como de manera puntual para un proyecto concreto. En el último año más de 30 personas de Castellón se han incorporado a nuestra asociación. Las propuestas van desde la Ciberaula Hospitalaria para niños ingresados en el Hospital General de Castellón hasta el acompañamiento a menores en riesgo de exclusión social, actividades medioambientales, talleres de economía financiera a colectivos más desfavorecidos o recogida de alimentos. Es esencial concienciarse de que todos tenemos algo que aportar: se puede elegir una actividad, y empezar puntualmente. Aunque, por propia experiencia, el voluntariado engancha, y cada vez te implicas más. Es una experiencia de vida personal enriquecedora, que te permite compartir tus habilidades, tu tiempo, y siempre, siempre, se reciben con mucha alegría nuestras aportaciones.

-¿Crees que los castellonenses son solidarios?

--Sin duda, en Castellón, las recogidas de alimentos o la campaña de recogida de leche, están entre las regiones más activas y comprometidas. A modo de ejemplo, el año pasado, en nuestra provincia ayudamos a más de 480 personas, pudimos contribuir a recoger 260 kilos de alimentos, y logramos replantar 2 kilómetros cuadrados de árboles diversos. Cuando solicitamos colaboración, siempre descubrimos que las personas colaboran desinteresadamente y, aportando un poquito, conseguimos mucho. El próximo día 19 de mayo es el día del Voluntariado y esperamos que la ciudad se vuelque en todas las actividades que estamos preparando, enfocadas a los niños, y que tendrán lugar en el Parque Ribalta. Es una Jornada por el fomento de la Diversidad Cultural donde habrá talleres de dibujo, danza y otras sorpresas para los más pequeños.