Ayer salió publicado en todos los medios de comunicación que Empar Marco quiere lanzar una RTVV con 500 trabajadores. ¡500! Quinientas almas cándidas que conviertan la nueva radio televisión de todos los valencianos en otro monstruo sobredimensionado incapaz de operar con la cordura y diligencia esperadas.

¡Maldita sea! ¿Es que no hemos aprendido nada? RTVV puede funcionar con un equipo de 70 técnicos, una docena de directivos y comerciales y una veintena de periodistas. Con menos de 100 trabajadores podríamos disponer de una televisión saludable, contenida en gastos, pública, de calidad y fuerte como un roble. Pero no parece que vayan a ir por ahí los tiros. ¿Para qué hacer las cosas bien si se pueden hacer mal y a la vez gastando mucho más dinero?

Dotar de una televisión pública al sistema audiovisual valenciano, que tanto ha sufrido con la crisis económica, ayudaría a nuestra maltrecha economía. Pero a Ximo Puig parece que le importa bien poco este extremo.

¡500 trabajadores! Así, de inicio. ¡Qué disparate! ¡Qué barbaridad! ¡Qué estupidez!

¿Nadie va a levantar la voz en Ciudadanos, en el Partido Popular, en VOX, en Podemos, en el Partido Socialista, en Izquierda Unida, en el Bloc o en Iniciativa contra este dislate? ¿Todos van a ser cómplices de este arranque ruinoso de la nueva y flamante RTVV? ¡Qué horror!

Y mientras tanto, el sector audiovisual valenciano, viéndolas venir.

*Escritor