La leyenda de los ángeles de la guarda se encarnó este jueves en un ondense durante unos segundos, que parecieron interminables, cuando salvó a un mozo de una cogida segura en la plaza de toros de Chinchón (Madrid). También se hizo real el mito de los cómics y películas de los héroes con capa. Pero en este caso, con capote. Fue gracias al experto taurino Sergio Delgado, originario del municipio madrileño y vecino de Onda, quien ejerció de director de lidia.

La población se levantó para disfrutar de un día de celebración por Santiago Apóstol. El programa arrancó con un encierro, a las 9.00 horas, y posteriormente se soltaron tres toros de la ganadería Diego Valladar y David Écija en el espectacular coso móvil, en la histórica plaza Mayor de la población.

Un joven, después de realizar un espectacular quiebro a uno de los astados, resbaló en la cara del animal. Cuando la cogida era prácticamente insalvable, apareció Delgado al quite, echando el capote y una mano de ángel. Una secuencia que quedó captada en un vídeo grabado por José Luis Campos que en unas horas se hizo viral y vieron miles de personas (imágenes adjuntas).

«El recortador era experto, participante en concursos como el de Colmenar de Oreja. Yo estaba justo al lado en el momento, como director de lidia, y el toro, que era fuerte y certero, hizo caso al capote que le eché. Tuvo suerte y no pasó nada, que es lo importante», relata a Mediterráneo el ondense.

El también rodaor durante casi dos décadas, campeón nacional en cuatro ocasiones, se muestra «muy agradecido» por las muestras de cariño recibidas. «Es muy emocionante, pero me limito a hacer mi trabajo, porque estamos para esto y, al final, todos contentos», apunta el también reconocido como torero de plata de Chinchón. Como no, el afectado fue el que más dio las gracias a Sergio, quien explica la conversación: «Fue amable y le dije que hoy has sido tú y mañana puedo ser yo».

Un trabajo dedicado a los toros

Delgado tiene el privilegio, como él mismo resalta, de poder vivir de los toros: «En los tiempos que corren no es fácil. Soy un afortunado». Al respecto, es profesor de la escuela de recortes de la Diputación de Castellón, donde llegó a enseñar a 40 alumnos. «Ahora son unos 25 y es gratificante y da alegrías inculcar educación taurina y el respeto que hay que tener delante de un astado».

Los concursos los abandonó en 2014, aunque será recortador «toda la vida». Hace un par de años, fue homenajeado en las fiestas de la Magdalena y volvió a demostrar su arte. Ahora es banderillero y organiza eventos taurinos. En Onda fue recibido como uno más y vive junto a su mujer y su hijo. Este jueves, la plaza de donde nació lo despidió con una sonora ovación de varios minutos.