El maratón de Castellón languidece. Enric Porcar puede pasar a la historia como el concejal de Deportes que enterró la carrera más popular de la capital de la Plana.

La cifra que da una idea real de la dimensión de una carrera es la de corredores que llegan a la meta. En este sentido, en la primera edición, allá por el 2010, acabaron el maratón 2.290 runners. El año pasado lo hicieron 1.448 participantes. Y este año, para disgusto de muchos vecinos y aficionados, solo han llegado a la meta 958 corredores.

LA CARRERA no ha sido más dura que otros años. No se ha producido una escabechina y la ciudad no ha quedado plagada de corredores lesionados abandonando la competición. No. Simplemente ha habido muchas menos inscripciones que en años anteriores.

El Club Running Castellón lo ha hecho todo bien. La organización ha sido perfecta. Los patrocinadores han apoyado la prueba de forma excepcional. No ha habido ningún desaguisado organizativo ni presupuestario.

Así pues, ¿dónde está el quid de la cuestión? Pues en la comunicación de la carrera, obviamente. En la pésima promoción que se ha hecho del evento fuera de nuestra provincia. Cientos de corredores de Valencia, Euskadi, Madrid o Zaragoza han elegido participar en otras citas. No les hemos llegado al corazón ni a los oídos.

POR CIERTO, solo un dato más, el pasado otoño llegaron a la meta de el maratón de Valencia 16.315 corredores.

*Profesor