Un resultado positivo en un test de embarazo implica la toma de numerosas decisiones. Entre las más importantes está la de dar un nombre a los herederos. Algo de lo que dependerá acarrear un estigma para toda la vida, o bien un motivo de orgullo perenne. Y si no, que se lo pregunten a los Marcianos que todavía pisan el país. Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) desvelan un cambio histórico en Castellón a la hora de bautizar a las recién nacidas. Si en años anteriores la opción mayoritaria se iba alternando entre María y Lucía, en el 2015 fue la denominación de Martina la que contó con el principal número de inscripciones en los registros civiles de la provincia.

En cambio, para los niños se sigue consolidando la opción de Marc como la preferida por los padres. Un nombre que se mantiene en lo más alto del podio desde hace cinco años. Los datos revelan curiosidades, como la posible influencia que genera la proximidad geográfica con Cataluña. Tanto Martina como Marc fueron los más elegidos en el mismo periodo, según el Institut d’Estadística de Catalunya (Idescat).

Por lo que respecta a los nombres más socorridos en el conjunto de la Comunitat, por tercer año consecutivo fue Lucía en el caso de las niñas, con 554 de los casi 21.000 nacimientos registrados. Tanto en Valencia como Alicante, esta fue la opción mayoritaria. En el apartado de los niños, Hugo fue elegido en 522 de los más de 22.000 nacimientos de varones. Eso sí, los datos desglosados por provincias muestran mayor diversidad. En la de Valencia también se decantaron por Marc, mientras que en Alicante prefirieron posicionarse por Daniel como la opción favorita.

Modas e inmigración

Los nombres considerados como clásicos --María, David, Sara o Pablo-- siempre estarán en las preferencias de los padres. En cambio, hay ocasiones en las que uno puede intuir la edad de una persona por su nombre. Sería el caso de Laura, un nombre que arrasó durante la década de los 80. De la misma época procede la predilección por los nombres vascos, que en la última década han seguido estando bien posicionados, con Iker como máximo exponente. Otro factor tiene que ver con el origen familiar. Si en décadas anteriores, era habitual conservar las tradiciones de abuelos y padres, ahora son los procedentes del Este de Europa o el norte de África los que mantienen sus raíces a través del Registro Civil.

Mientras muchos esperan con ilusión la llegada al mundo de sus vástagos, con listas de nombres o sin ellas, la sociedad en conjunto se preocupa ahora por el progresivo descenso de la natalidad de los últimos tiempos. Los datos reflejan que sigue cayendo, para preocupación de quienes esperan cobrar una pensión en el futuro.

comarcas@epmediterraneo.com