Ampliando fronteras. El instituto Matilde Salvador de Castellón abre sus puertas hacia Europa a través del proyecto Erasmus+ del Servicio Español para la Internacionalización de la Educación (Sepie) y cuatro de sus alumnos del grado medio de FP de Emergencias Sanitarias viajaron hasta Irlanda, a Castlebar, para combinar formación, trabajo y experiencia. Allí, después de los contactos previos del centro durante todo el último curso, María Sánchez, Noelia Muñoz, Olga Sánchez y Dawid Pydys tuvieron la oportunidad de conocer cómo funcionan en otros sistemas de la mano de su socio, Murray Ambulances, cuyo gerente, James Murray, se ha volcado al 100% en el proyecto vía Castellón.

Sus profesores, Rosa Izquierdo, José Ramón Garcés y Gracia Manrique, explican que «en el 2017 se barajó la posibilidad, que cuajó con Murray y este 2018/19, con el OK del Sepie, los alumnos han participado de una iniciativa única, que llega a pocos estudiantes aún en la FP, como son las prácticas técnicas en centro de trabajo, pero en el extranjero, en contacto con pacientes, y en inglés, lo que les da un plus cara a la empleabilidad, principal objetivo del grado». «Contactan con otros sistemas europeos, ven cómo se vive fuera, y se les abren nuevos campos», coinciden. «Y se integran durante un mes como uno más en la empresa y en el pueblo donde están, porque se les lleva de la mano». Del proyecto participan varios departamentos del centro, desde los propios del ciclo al de inglés, o al de prácticas… en una marca transversal.

Inglés, empleo y experiencia

María, Noelia, Olga y Dawid coinciden: «Las prácticas han sido duras. Vas a un ritmo trepidante, como se trabaja de verdad en la asistencia a pacientes… pero ha sido toda una experiencia, para repetir», señala María, que coincide con Noelia en que «el inglés, de entrada, te frena, por las situaciones, porque hablan muy rápido, pero al final es positivo, y lo coges todo… o casi». ¿Qué cambia? «Las emergencias sanitarias lo son aquí en Castellón y en Irlanda. Solo que usan camillas eléctricas», explican. «Es una experiencia que no vamos a olvidar y abre la posibilidad de volver para trabajar allí o, en el currículo, suponen prácticas en el exterior, que se valoran mucho», señalan al unísono, mientras cumplimentan el formulario que el Matilde Salvador debe enviar a Madrid. Cara al año que viene, «más». De momento, el año que viene habrá otras tres becas. «Hay que vivirlo», dicen.

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