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La historia de Bienvenida Cardá Amposta se traslada 40 años atrás, cuando contrajo matrimonio. Fue el comienzo de un camino que le ha llevado a enfrentarse a los malos tratos de su marido (del que más tarde se separó) y a una parálisis cerebral de su hijo, que falleció hace dos años. Esto hizo que aprendiera a conducir, trabajar fuera de casa y adquirir un papel más activo en el entorno familiar.

A sus 61 años, la vila-realense ha superado un cáncer de mama y se encuentra combatiendo una fibromialgia de años de evolución y una leucemia mieloide aguda que le diagnosticaron el año pasado y que le ha llevado a encontrarse en tratamiento en la unidad de Hematología del Hospital General de Castelló, donde también recibe la atención psicosocial de Esther Izquierdo, psicóloga de Cruz Roja para el programa de atención integral a personas con enfermedades avanzadas de la Fundación Obra Social La Caixa.

--¿Qué le ha llevado a no dejar de luchar y seguir mirando hacia adelante?

--El amor que he tenido por mis padres y mi hijo. Poder darles ese amor que ellos me dieron a mí y devolverles todo el cariño recibido. Tengo claro que, a día de hoy, si volviera a nacer, volvería a hacer lo mismo y pocas cosas cambiaría. Solamente me propongo mejorar como persona cada día y tener una tranquilidad el tiempo que me quede de vida.

--¿Qué consejo daría a las mujeres que son víctimas de violencia machista?

--Que no aguanten ni un segundo más. En el momento en el que se dan cuenta de que el hombre con el que están no es la persona que esperaban, habiendo hijos o no habiendo hijos, con más o menos dificultades, hay que ser valiente y decirse a una misma, ‘voy a rehacer mi vida y voy a sacar adelante a mis hijos, pero a mí esta persona no me hace más daño nunca más’.

--Es un ejemplo de vida. ¿Qué mensaje mandaría a personas que sufren enfermedades graves?

--No tengo miedo a morir, les transmitiría fortaleza y seguridad. Es importante que estén lo más tranquilas posibles y con la mente despejada. En esta unidad de Hematología estoy muy contenta. Es un equipo muy bueno, desde médicos, enfermeros, auxiliares, la psicóloga y la trabajadora social, son atentos conmigo, y al equipo de voluntariado que todas las tardes me acompañan.

--Con el paso de los años, la vida la ve desde una mirada más sabia, amplia y sensible. ¿Se arrepiente de algo?

--No, estoy contenta con la vida que he tenido. La gente que sé que me quiere siempre me lo ha demostrado y en estos momentos más aún. No me arrepiento de nada y me gustaría dejar huella como una mujer que ha sido buena persona y que no ha hecho nunca daño a nadie. Cuando he tenido errores he pedido perdón y lo he solucionado.