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El cangrejo azul. De enormes dimensiones, ya ha sido avistado desde Almenara hasta Vinaròs así como en zonas como el Prat o el Mijares. Esta especie invasora comienza a ser también valorada en las cocinas. Pescadores de la provincia de Castellón probarán este otoño a capturarlos con un arte nuevo, un palangre sin anzuelo, para verificar su selectividad. Se trata de un proyecto de investigación capitaneado por la Universidad de Alicante en el que colaboran las cofradías de Peñíscola y Castelló, como explican la profesora Carmen Barberá y Manuel Albiol, secretario de la cofradía. En estos momentos tramitan la autorización para proceder a las capturas, ya que se disponía de un permiso para hacerlo este verano, pero no se llevó a cabo y ahora se va a ampliar. «La idea es que en octubre se esté haciendo ya», expresa Barberá.

La ventaja de esta técnica es que permite simultanearla con otra actividad de pesca, de modo que se deje el arte calado y después volver a recogerlo. De ello dependerá su rendimiento económico. En Estados Unidos, donde ya se utiliza y funciona bastante bien, van exclusivamente a esta actividad. En España, si bien está presente en lonjas, supermercados y pescaderías, su captura es irregular; depende de que caiga o no en la red de trasmallo, concreta Barberá. En la zona de Sant Carles de la Ràpita comienza a capturarse en mayores cantidades, indica Albiol, quien señala que se trabaja en la elaboración de un borrador que regule su pesca. Desde principios del verano hasta noviembre sería factible capturarlos en el mar. En invierno, sin embargo, suelen replegarse a las desembocaduras del río o lagunas costeras, que suelen ser zonas protegidas.

Por qué apareció en el Mediterráneo no está claro. Puede que las larvas se diseminaran por el agua del lastre de los barcos mercantes. O que alguien los depositara en algún espacio concreto. Pero si la técnica que utilizarán funciona, se comercializa y hay demanda, pueden ser una fuente de ingresos para el sector.