Sin música, la vida sería un error. Ya lo decía el filósofo alemán Friedrich Nietzsche en una de las citas célebres más famosas de la historia. Por ello, los futuros maestros de Educación Infantil de la UJI apuestan por el cuarto arte para transmitir los conocimientos a los que serán sus alumnos el día de mañana en las aulas de los colegios.

Para aprender este sistema, los estudiantes de este grado trabajan en la universidad estas alternativas pedagógicas en la asignatura de Fundamentos y Didáctica de la Expresión Musical. Sin embargo, en la sesión más enriquecedora estuvieron acompañados. Concretamente, por alumnos del colegio Ágora Lledó International School. Con estos pequeños de cinco años los estudiantes vivieron de primera mano prácticas educativas musicales que ponían el acento en la vivencia de la música y la creatividad, mediante el aprendizaje a través de las emociones y los sentidos.

El objetivo era claro: armar a los alumnos con unas herramientas básicas para utilizar cuando sean profesionales de la enseñanza. En palabras del profesor de la materia, José Luis Miralles, “esperamos que los estudiantes recuerden las técnicas para que les aporte inspiración, que podrán incorporar a su práctica docente”.

resultados científicos // Y es que la música ayuda a desarollar el cerebro de los niños. De hecho, ya lo demostró un grupo de neurólogos de Canadá y Estados Unidos. El experimento consistía en comparar niños entre cinco y siete años. Un grupo recibió una media hora semanal de clase de piano. En algo más de un año, los cambios en la estructura cerebral de los niños se evidenciaron. Los que habían recibido clases musicales aumentaron la materia gris del cerebro en las zonas como las motoras, las auditivas y también las visuales.

La revista Journal of Neuroscience también dedicó sus páginas a una investigación similar, esta vez con adultos. Los científicos colocaron a personas que habían recibido de uno a cinco años de música y otras que habían estudiado de seis a 11 años. Los participantes con más dedicación tenían mejores respuestas cerebrales frente a sonidos complejos. Lo que se traduce en unos beneficios como una mejor percepción auditiva y un empleo más eficaz de herramientas comunicativas.

Esta y otras investigaciones abrieron la puerta a la incorporación de la música en centros escolares de una forma más activa de la que se venía haciendo hasta la fecha. Siguiendo esta línea, el colegio Ágora Lledó, se dotó de un plan musical y se convirtió en la única escuela con un proyecto de música en toda la Comunitat Valenciana.

El artista castellonense Sven Valcárcel también defiende esta iniciativa. Por este motivo, no dudó en prestar su colaboración en la jornada y expresó que “la música es la única asignatura que trabaja de lleno todas las inteligencias emocionales de Gardner, especialmente las dos olvidadas por las otras áreas: la inteligencia intrapersonal y la inteligencia interpersonal”. H