Mañana votaremos por tercera vez en apenas unos meses. El panorama político español aparece muy fragmentado y la ciudadanía no da su brazo a torcer. Cada cual votará lo que le venga en gana, sin presiones bipartidistas ni multipartidistas.

El caso es que en Castellón no parece que la cosa vaya a ser diferente. El PSOE ve casi seguros sus dos diputados, aunque el temor a perder uno siempre está presente. El PP espera repescar el segundo, uno de los dos que perdió hace seis meses. Vox anhela ganar el primer diputado castellonense de su historia y Podemos y Compromís quieren evitar esta circunstancia a toda costa. Cerrando la oferta aparecen el PACMA, ERPV, PCPE y otros muchos partidos minoritarios que a veces hacen ruido y a veces no.

Lo más importante, queridos lectores, es que el derecho a votar no lo hemos perdido todavía. Es cierto que los políticos parecen ir a la suya, desoír a los votantes y querer un imposible. Una quimera. Un sueño inalcanzable. Pero nosotros, los sufridos ciudadanos, mantenemos nuestra libertad para votar a quien nos da la real gana. Llegará el día, me temo, en el que este derecho desaparecerá. Y no soy agorero, ni pesimista, sino más bien realista. Se empieza por no hacer caso a los votantes y se acaba por no dejar que se expresen. Veremos qué pasa mañana en las urnas.

*Escritor