Comenzó a ser hemodializado en 1981, en «una clínica privada». Ahora, y tras ser trasplantado de riñón en 1996, acude al Hospital General Universitario de Castellón (HGU), que atiende solo el 10% de los pacientes de nefrología de la provincia, a una revisión mensual.

Ejemplo de superación, de inmensas ganas de vivir y de formular y de concretar tantos y tantos proyectos constantemente, Salvador García González, que vive en Sant Joan de Moró, con «nefritis crónica» solo hace que superarse «a sí mismo». ¿Momentos malos? «Sí y muchos, y también largas depresiones de no saber qué hacer, el porqué y el cómo», describe García, pero «hay muchas razones por las que seguir hacia delante», como, por ejemplo, luchar por su «hija, que tiene diez años» concreta, por no hablar de una aventura política que va a iniciar precisamente para trabajar y que los ciudadanos tengan «mejores condiciones de vida».

Confiesa que lleva una vida normal. Ha trabajado en la cerámica, de camarero y en muchos otros oficios, convencido de que su enfermedad no iba a frenar su existencia. Y de un testimonio vitalista a otro. Como el de José Mulet, de l’Alcora, enganchado a la máquina que le da vida «desde hace dos años».

A sus 77 años solo tiene palabras de elogio hacia el Servicio de Diálisis del Hospital General, y su personal, «con un trato humano magnífico», al que acude tres veces por semana, cuatro horas. Un tiempo que dedica a «ver la televisión», aunque confiesa que, «sí, a veces las horas se hacen largas».

Mientras, Ramón Pons, jefe del servicio de Nefrología del Hospital General, asume las dificultades de la Unidad de Diálisis, «que funciona de lunes a sábados para atender a 42 enfermos», concreta. «Hay una responsabilidad y conciencia de que somos el único centro público que presta hemodiálisis y tenemos que ser sensibles no solamente con los enfermos, sino también con los familiares», manifiesta Ramón Pons.

A la cabeza en donaciones

«Nuestro objetivo es la máxima calidad y humanidad en el servicio», manifiesta el doctor. En términos similares se pronuncia el director del Hospital General, Miguel Alcalde, quien apunta como «máxima apuesta» del centro sanitario «unas buenas prestaciones».

Una calidad reflejada también en la generosidad de los castellonenses a la hora de las donaciones de órganos, 71 por cada millón de habitantes, por encima de las medias de la Comunitat (50) y España (49)», cita Xavier Guasch, coordinador de Transplantes de Castellón, quien valora la «buena salud» de los transplantes. Buenos datos, buenas cifras, buen servicio en Castellón, que significa «que la gente está concienciada», pero que «hay que seguir avanzando», concluye Juan Doménech, presidente de Alcer Castalia, la Asociación de Enfermos Renales que trabaja para paliar los efectos de la enfermedad.

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