Cuando contaba con solo 25 años, Paco Margalet aterrizó como profesor en Penyeta Roja. Durante sus primeros cinco años en este centro se dedicó a la educación especial, pasando a los 30 a la formación deportiva, parcela en la que ha trabajado los últimos 35. El pasado miércoles, ya con 65 primaveras en su haber, celebró la jubilación con una emotiva fiesta sorpresa a la que acudieron buena parte de sus alumnos, exalumnos, compañeros y familiares. «En total éramos unos 300. Al principio no podía ni hablar por la emoción. Me engañaron como a un chino porque creía que iba a una carrera solidaria», recuerda el nulense.

Es tal la pasión que Paco ha sentido por su trabajo, que si por él hubiera sido no lo hubiera dejado nunca: «Cumplí los 65 en octubre y pedí que me dejaran acabar la temporada. Seguiría mientras la salud lo permitiera, pero ahora solo iré a Penyeta como un aficionado más». Y es que este entrenador se siente, ante todo, un privilegiado: «El deporte me lo ha dado todo. Ha sido mi vida. Poca gente puede trabajar en lo que más le gusta, y eso que cuando empecé los profesores de educación física cobrábamos la tercera parte que uno de filosofía o matemáticas, por ejemplo».

Una gran familia

Paco Margalet tiene «innumerables experiencias positivas» durante sus años en Penyeta, aunque no todo han sido alegrías: «Cuando he echado a algún niño porque su rendimiento no ha sido el esperado en un centro de alto rendimiento me lo he pasado muy mal porque les coges cariño. Cada mes de mayo sufría lo indecible por ello». En el otro platillo de la balanza está la gente que le ha acompañado en estos años: «El equipo humano es increíble. Es una familia que me acompañará toda la vida, empezando por mi gran amigo Claudio Veneziano, Héctor Bellmunt, Mar Peris, Salva Aledo, y ahora también Quique Jiménez y Alba Miralles Alonso».

El nulense ha participado en buena parte de los éxitos del atletismo provincial, aunque no olvida sus primeros años en educación especial: «Hace tanta ilusión cuando alguien aprendía a ponerse una camisa o bajar una escalera como un Campeonato de España».

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