Nuestros mayores se merecen todo y por supuesto una pensión digna, que también nos merecemos todos al llegar a la edad pertinente. Tan importante es el tema que requería un estudio minucioso por especialistas, sin maniobras políticas y basado solo en intereses económicos y sociales. Pero no se hace así, prefieren tomar medidas demagógicas y cortoplacistas, que ratifican todos los partidos. Cualquiera se arriesga a quedar mal y que no le voten. No ven más allá de unos pocos años. ¿Qué pasará dentro de 20 o 40 años? Pues que no cobraremos nada o muy poco y desde luego no recibiremos lo que aportamos. Y entonces vendrán los lamentos. Si el propio secretario de Estado de la Seguridad Social del actual Gobierno, Octavio Granado, afirma que el sistema solo durara diez años, ya podemos ponernos a temblar. Necesita una revisión profunda y mejor si fuera estructural porque lo que tenemos es una pirámide de Ponzi, que si la hiciera un particular iría a la cárcel por estafa. Habría que cambiarlo por un sistema de capitalización y que cada cual recibiera según pagara. Como no lo harán, desde ya hay que equilibrar ingresos y gastos y acabar con el agujero de la Seguridad Social. Pero no por la subida de las cotizaciones ni la presión fiscal si no por gastar menos, sacar los gastos no contributivos del sistema, acabar con las jubilaciones anticipadas que tanto talento y fuerza laboral sustraen de la economía y si es necesario al menos con carácter voluntario alargar la edad de jubilación. Yo prefiero trabajar que cobrar una miseria y mal vivir después de cotizar toda la vida.

*Notario