Los cuatro perros que integran la unidad canina de búsqueda y rescate de Castellón --Ares, Choco, Laika y Glock-- ponen rumbo hoy a Portugal para participar este fin de semana en unas jornadas de salvamento en las que entrenarán para intervenir en emergencias como un derrumbe, un terremoto o una explosión.

Lo harán junto a cuatro voluntarios de la unidad --Jenny García, Felip Balaguer, Sam Micida y Luis Caracena-- y tres cachorros --Gas, India y Volldam-- a los que están comenzando a adiestrar con fines humanitarios.

Todos ellos parten este viernes hacia Sabugal, donde realizarán simulacros junto a muchos otros equipos de rescate en un evento internacional al que han sido invitados. En representación española acuden también al país vecino, además de la agrupación castellonense, un equipo de la Unidad Militar de Emergencias (UME) e integrantes de Protección Civil de Madrid. Entre los participantes, lógicamente, figuran numerosos equipos portugueses. «Vamos en nuestro propio vehículo y nos costeamos el viaje porque creemos que es una buena oportunidad para que los perros entrenen y mejoren en el servicio que pueden prestar», apunta el jefe de la unidad provincial, Luis Caracena.

Los canes de Castellón se centrarán en tareas de localización de víctimas como las que se llevan a cabo estos días para encontrar a los dos obreros desaparecidos en el derrumbe de un edificio en obras en el paseo del General Martínez Campos de Madrid. «Ellos están especializados en colapsos y trabajan para ser lo más eficientes posible en la búsqueda. En Portugal se enfrentarán a varios escenarios de escombros en los que tendrán que actuar con rapidez», explica el máximo responsable del grupo.

Ejemplares envenenados

El pasado mes de enero dos perros pertenecientes a la unidad canina de búsqueda y rescate de Castellón (Nilo y Osa) fueron envenenados con un tóxico común mezclado con comida en el terreno privado en el que se encontraban en Benicàssim, como avanzó entonces este periódico. Su guía los encontró en un estado «crítico» y «convulsionando», por lo que los llevó inmediatamente a una clínica veterinaria, donde quedaron ingresados en la UCI. Desde la unidad de rescate temieron que las secuelas del envenenamiento dejaran a Nilo y Osa impedidos para poder realizar las labores de rescate que venían desempeñando para el Consorcio Provincial.

Sin embargo, los canes han podido recuperarse satisfactoriamente y vuelven a entrenar después del terrible susto. «A Nilo le afectó la sustancia a nivel hepático y Osa, sobre todo, tuvo problemas de visión. Aunque no nos los llevamos a Portugal esta vez por prudencia, están trabajando ya para poder volver a estar al pie del cañón y estamos muy contentos», asegura Caracena.

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