Independentistas, separatistas, nazionalistas y demás calaña nos atacan, pero podría ser peor. El pueblo que desconoce su historia está condenado a repetirla y es que ya pasamos por ahí. En 1873 y 1874, con la Primera República Española y la rebelión cantonal, eso sí fue un auténtico disparate. Caos político, 4 presidentes en 11 meses, federalistas, socialistas, cantonalistas, anarquistas, carlistas, radicales, monárquicos, anticapitalistas, republicanos, conservadores; todos peleándose en unas Cortes donde: «podía decirse cualquier cosa, con tal de que no tuviera sentido» (Julián Marías).

Redactaron una constitución Federal que no entró en vigor, no se sabía cuántos territorios había, decenas de cantones, pueblos, ciudades y provincias se declararon independientes e incluso llegaron a tener conflictos armados entre sí. El Estado catalán se proclamó dos veces. El Cantón de Cartagena fue el más famoso, bajo la bandera ¡turca!, porque era roja. Hubo un Estado carlista con capital en Estella apoyado por el país vecino, Francia. Galicia quería ser independiente bajo la protección de Inglaterra. Querían sustituir a las autoridades y gobernar por juntas revolucionarias o comités de salud pública, el indulto por delitos políticos, sustituir el ejército por tropas milicianas, la abolición de impuestos, acabar con la Iglesia. Castelar, uno de los presidentes, decía: «creíamos completamente disuelta España».

La legalidad se había perdido. Los encargados de dar y cumplir las leyes las desacataban. Se trataba de dividir en mil porciones nuestra patria. ¿No les suena esto de algo?

*Notario