Hermanos: ¿a quién no le hubiera gustado tener un VAR en su vida? Ya saben: ese sistema de video arbitraje (video assistant referee, árbitro asistente de vídeo) que nos sirviera para saber si nos hemos equivocado al tomar decisiones importantes.

En el fútbol parece que funciona bastante bien e impide que decisiones que sobre el campo parecen una cosa, lleguen al marcador siendo injustas. Tres asistentes en una sala con varias pantallas que pueden ver una misma jugada desde varios ángulos diferentes. Yo propongo: un trío arbitral formado por la suegra, uno de los hijos y un amigo del alma. Para que quede la cosa equilibrada.

Ante una jugada dudosa, en la que un día llegas un poco tarde a casa tras haber quedado con los amigos a tomar algo, se te puede aplicar el VAR. Este valoraría la intencionalidad, si ha sido casual, si te los has encontrado, si habías quedado con ellos hace días y lo podrías haber ocultado y todos esos detalles que hacen que te puedan sacar la tarjeta roja o no.

La se pone roja de ira es ella (la pareja) y se genera un momento de incertidumbre en el que tú, al entrar en casa, dibujas en el aire, con los dedos índices de cada mano, una figura de televisor. Tu pareja se va a la habitación de al lado donde está tu suegra, tu hijo/a y tu amigacho. Tensión. Tu amigo hace lo que puede, la suegra también y finalmente: tarjeta roja.

*Abogado. Urbanista