El puerto de València no da más de sí. Necesita ampliarse. La multinacional de transporte de contenedores MSC necesita más metros y más tecnificados. El sector azulejero también necesita trabajar con mayor comodidad. La exportación citrícola requiere de mejores infraestructuras portuarias para ser competitiva. Y lo mismo ocurre con el juguete, el mueble, el calzado, y un largo etcétera.

La actitud del alcalde de la capital no es comprensible. La actitud de algunos representantes públicos, negando la mayor, carece de sentido económico y de visión de futuro.

Además, la no ampliación afectará al puerto de Castelló y a la economía provincial. Valencia y Castellón se complementan. Se retroalimentan. Y ambos puertos lo hacen especialmente bien.

SI EL PUERTO de València no se amplía, MSC puede marcharse a Portugal o a Marruecos, por poner dos ejemplos, y la economía de Castellón y Valencia sentirán el aguijonazo envenenado de la pérdida de cientos de empleos. Tal vez miles de ellos.

Esperemos que acabe reinando la sensatez en este asunto. Que nuestros políticos usen la cabeza para algo más que para llevar sombrero y que la economía valenciana no sufra más envites. Si hay algo peor que tomar malas decisiones es no tomar ninguna.

*Escritor