Mañana es miércoles de ceniza, celebración litúrgica de condición penitencial que da origen a la Cuaresma. En estos tiempos de cada vez más avanzada secularización, imagino que el tema interesará poco a la gran mayoría de lectores de Mediterráneo. Sin embargo el simbolismo tiene una acendrada entidad histórica y no solamente es referencial en la religión cristiana.

Cuaresma viene de la palabra latina «quadragésimus» y significa cuarenta, alguarismo que tiene, testimonios bíblicos, con significado de cambio, ya desde el Antiguo Testamento (40 años en el desierto en el éxodo de los israelitas, los 40 días del diluvio universal, los de penitencia de Moisés en el Sinaí…) perseverados en el Nuevo (los de ayuno de Cristo antes de comenzar su vida pública, o los vividos en este mundo tras la resurrección). Los cuarenta días, que se inician mañana con la imposición de la ceniza en la frente, concluyen el día del Domingo de Ramos en que comienza la Semana Santa.

LA LITURGIA de la ceniza es una referencia ya aludida en el Génesis («Memento homo, quia pulvis es et in pulverem reverteris»), pero no se piense que es exclusivamente cristiana. Bien al contrario, de Oriente a Roma y desde el inicio de la historia escrita, el número de civilizaciones que asumen equivalente axioma es muy amplio.

La ceniza es uno de los grandes símbolos con significativas metáforas, de las que tal vez la más quimérica y planetaria, sea la del Ave Fénix que, curiosamente, también remendó la iconología cristiana.

*Cronista oficial de Castellón