Hubo un repoblamiento en tiempos del rey Jaume I con motivo de la conquista de estas tierras con el consiguiente Repartiment. Y ahora más de un centenar de pueblos de la provincia precisan de una nueva conquista y, sobre todo, de una repoblación para paliar el déficit en el número de habitantes provocado por un éxodo que ha ido desertizando nuestros pueblos.

LAS CAUSAS de ese éxodo de población son múltiples: desempleo, atracción por la ciudad más grande, escasez de servicios, problemas de educación y de sanidad, etc. Algunos núcleos podrían estar deviniendo pueblos-fantasma.

Vivir en un pueblo tiene su encanto y sus restricciones. En el primer caso, la habitabilidad es más económica y saludable: sin contaminación, ritmo de vida más tranquilo, convivencia más cercana, naturaleza; mejor calidad de vida, en definitiva. Las carencias, menos ocio, menos centros de salud o de educación, menos servicios, en general. Sin olvidar la conexión a internet.

MUCHOS de los que llamamos «neorrurales» han apostado, no obstante, por el pueblo, en España (las «ecoaldeas», Abraza la Tierra), en Francia, Rusia, Estados Unidos (cohousing)…

Los 135 pueblos de nuestra provincia son tierra de oportunidades y esperan un nuevo repoblamiento para darles mejor vida. La Diputación Provincial de Castellón ha emprendido acciones en este sentido.

No es una cuestión idílica ni utópica, sino una visión, aunque aparentemente optimista, realmente posible.

*Profesor