Miku Conservación. Ese es el proyecto que ha unido a tres jóvenes españolas: Lucía Jorge Sales (Burriana), Monserrat Franquesa y Eva Sancho para recorrer el sureste de México y trabajar en la protección de los primates, como el saraguato negro, y concienciar sobre el grave problema medioambiental que representa la deforestación y la caza ilegal de monos, que puede llevar a su desaparición.

La tres jóvenes, especialistas en psicología, biología y primatología, están desarrollando su proyecto como ONG en las comunidades de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, que les ha valido el reconocimiento social, como publicaba recientemente el periódico de Mérida (Yucatán) Por Esto!, que les dedica un amplio reportaje resaltando su labor para concienciar a la sociedad sobre la problemática medioambiental.

Miku desarrolla su labor desde varias vertientes diferentes por su campo de actuación, en la selva o en las escuelas, pero similares por la interrelación en el objetivo final de sensibilización y concienciación para conservar y proteger a los primates. La primera la llevan a cabo en áreas naturales protegidas en contacto directo con los animales salvajes, como el año que dedicaron a estudiar al mono negro aullador en su hábitat natural. Allí han podido constatar la necesidad de frenar la tala de árboles, la caza ilegal como mascotas o el cambio de uso de tierras que conllevan la desaparición progresiva de los monos en zonas como la península de Yucatán.

El otro campo de actuación es básicamente de sensibilización social. En este sentido, el trabajo de la asociación Miku Conservación consiste en realizar actividades en las escuelas de la zona, intercambiando experiencias con los niños y creando un clima de concienciación. La realización de murales y talleres de creatividad con la participación de escolares, maestros y personal ha plasmado el componente cultural y natural de espacios únicos como la región de Xpujil, cerca de la reserva de Calakmul, entre otros escenarios para la conservación del mono negro aullador en México.

Las tres jóvenes luchadoras, que comparten su pasión por los primates, han optado por doctorarse en tierras que nos pueden parecer hostiles, pero que para ellas es el escenario ideal de su trabajo en la naturaleza. Tal es el caso de la burrianense Lucía Jorge Sales que, después de una primera experiencia en tierras mexicanas, viajó más tarde a la isla indonesia de Bali para estudiar al macaco de cola larga y regresó de nuevo al sureste mexicano con el compromiso de trabajar en la conservación del saraguato negro. Un largo periplo de vivencias y de loable compromiso con la protección del medio y de los animales.

Para realizar esta labor, Montse, Lucía y Eva cuentan básicamente con alguna beca internacional y «una maleta cargada de sueños que al final tienen sus recompensa», tal y como señalaban al periódico mexicano Por Esto! cuando el periodista les preguntó sobre la disponibilidad económica para desarrollar su trabajo. Una labor ilusionante que está contando con el apoyo de las gentes de las comunidades en las que se mueven, donde les están ofreciendo ayuda y colaboración desinteresada en cada momento. No obstante, este compromiso medioambiental del proyecto Miku está abierto a la implicación social para continuar su trabajo de conservación de los primates, que se puede apoyar desde las redes sociales a través de su página de facebook Miku Conservación y la web www.mikuconservación.org.

Miku Conservación es algo más que un doctorado fuera de las aulas universitarias. Es el compromiso ilusionante de tres jóvenes en la selva mexicana por frenar la continua agresión al medio ambiente y su lucha ante el grave peligro de la desaparición de los primates en su hábitat natural.H

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