Desde esta columna y desde muchas otras, durante años, critiqué el desgobierno de Paco Camps. Especialmente en materia de Sanidad. Ver que este periódico revela, día sí y día también, intolerables desmanes de los actuales responsables de la sanidad valenciana me entristece y preocupa.

Esta semana hemos leído varios artículos sobre lo mal que gestiona Carmen Montón su Conselleria. Retrasos en obras, interminables listas de espera, polémicas gratuitas, terroríficos climas laborales en diferentes centros, falta de anestesistas aquí, de pediatras allí, de neumólogos allá… En fin, un verdadero sinsentido.

Me pregunto a qué espera Ximo Puig. ¿No tiene a nadie más preparado para una tarea tan importante? ¿De verdad que no hay nadie más capaz en todo el universo sanitario valenciano? ¡No me lo creo!

Por otro lado (imagino que por el ya citado clima laboral) la atención personal a pacientes y familiares se está deshumanizando a marchas forzadas. Resulta habitual ver a parejas de ancianos deambulando por los centros sanitarios, desorientados, sin que nadie se preocupe por facilitarles el acceso al área médica que buscan o a la habitación que no encuentran. Yo mismo lo padecí hace unos días. La atención que me prestaron desde el mostrador de «atención al usuario» fue más propia de Ruanda-Burundi que de España en el año 2017.

He hablado con infinidad de profesionales de la salud y su opinión es casi unánime. No se puede seguir así.

*Escritor