Casarse es todo un acontecimiento que obliga hoy en día a los novios a trabajar el ingenio, a preparar sorpresas para los invitados y a ser original. Mascletà, fuegos artificiales, coches de caballos, entradas en moto... existen bodas para todos los gustos. Hay quien se decanta por una iglesia, una masía rehabilitada, un juzgado, un Ayuntamiento...y también por darse el sí quiero frente a les illes Columbretes. Todo un lujo con el que han contado recientemente los graueros David Castell y Cristina Luján en una boda emotiva, divertida y, sobre todo, con mucho sabor a Castelló.

Junto a unos 70 amigos y familiares, la pareja partió en un barco desde la plaza del Mar a primera hora de la mañana para llegar a fondear frente a la Illa Grossa, donde el teniente de alcalde del Grau, Rafa Simó, ofició el enlace. «Cuando se lo propusimos le encantó la idea, porque nunca le habían pedido algo así», cuenta la novia, quien disfrutó de una inolvidable jornada en el mar que se alargó hasta las 18.30 horas, momento en que la embarcación regresó al distrito marítimo. «El año pasado hicimos mi pareja y yo la excursión a Columbretes y nos encantó. Fue en ese momento cuando a David, que además es marinero, se le ocurrió la idea», relata.

«La ceremonia la hicimos en el barco porque a la isla solo puedes descender de veinte en veinte por protección del entorno. Cuando nos llegó el turno, bajamos para realizar la visita al centro de interpretación y nos hicimos unas fotos de recuerdo. Rafa Simó nos dedicó unas palabras muy bonitas con unas vistas preciosas y fue un momento que no olvidaremos», explica a este diario Cristina Luján, todavía emocionada. La pareja celebrará próximamente su reciente enlace en un restaurante convencional, con una invitación extensiva a más amigos y conocidos y viajará hasta Cuba de luna de miel.

«Aunque tuvimos algunos invitados que se marearon durante el viaje a Columbretes, recomendamos la experiencia a otras parejas porque fue un día precioso. Durante el trayecto en barco nuestros amigos nos disfrazaron, pusimos música, bailamos y hubo momentos para todo. Sin duda, es una forma diferente de dar un paso como este», afirma un matrimonio que, haciendo gala de orígenes graueros, no dudó en darse el sí en el mar.

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