No sé si saben, queridos lectores, que la Generalitat Valenciana ha modificado el escudo del Reino de Valencia. Esto es, ha renovado su principal icono institucional: el casco del rey, con dragón alado en la testa, sobre escudo cuatribarrado. El caso es que para la Academia Valenciana de Genealogía y Heráldica, tal cambio ha degradado el dibujo y aquello que representa hasta convertir la corona del rey de Valencia en la de un simple vizconde. ¿Por qué? Porque el nuevo dibujo reduce la corona de cinco puntas a una de cuatro, elimina la decoración floral y perlada y simplifica los detalles del logotipo. Convendrán en que un diseñador no tiene por qué saber de estas cosas, aunque para realizar un trabajo tan delicado parece evidente que el profesional de turno debería haber preguntado.

Dicho esto y siendo malpensados… ¿No estaremos ante un nuevo intento, por parte de los de siempre, de rebajar la historia valenciana y ponerla al servicio de la catalana? Los símbolos son muy importantes, sobre todo para el imaginario colectivo. Ya saben que entre «los nuevos políticos» hay quienes están obsesionados con la sumisión de esta tierra a la de nuestros vecinos del norte, y afirmar que Valencia nunca fue un reino sino un vizcondado (algo menor que los archiconocidos condados catalanes) les debe de excitar mogollón. Todo esto, claro, siendo malpensado. ¿O no?

*Escritor