He aquí un personaje singular, multimillonario, especulador, que ha arruinado muchas economías, generando paro y pobreza, mientras engrosa su cuenta corriente hasta los 25.000 millones de dólares.

El lado filantrópico que parece surgir en todos los megamillonarios, en este caso, más que generosidad, supone interés e injerencia en los asuntos internos de países soberanos, como Hungría o México. Resulta paradójico y contradictorio lo que dice y lo que hace. Es populista capitalista, raro. Él decide a nivel mundial, lo que es políticamente correcto y trata de imponerlo, creando una falsa sociedad civil a través de oenegés, fundaciones, medios de comunicación y movimientos populares, regados monetariamente con abundancia. En un curioso movimiento de zigzag, él subvenciona movimientos y coloca políticos que, cuando alcanzan el poder en sus respectivas administraciones, le subvencionen a él.

La cosa es que ha puesto sus miras en España, transportando inmigrantes ilegales, apoyando el independentismo catalán, intentando dividirnos y debilitarnos; nos considera un país en crisis permanente, deprimido y dependiente. La UDEF y la judicatura están estudiando el asunto siguiendo las denuncias de la prensa de investigación española. Su buque insignia es Open Society Foundation que, entre otras lindezas, promueve la legalización de las drogas y el secesionismo; tratan de crear una ola de empatía internacional con los presos independentistas y su causa. La fragmentación de España es el primer paso, el definitivo es la desestabilización de toda Europa.

*Notario