Entre aromas de azahar y bajo un cielo radiante más de dos centenares de niños y niñas participaron ayer en lo que fue una gran tarde de fiesta a los pies de la Mare de Déu del Lledó. Por noveno año consecutivo, la Cofradía de la patrona de Castellón organizó, con la ayuda de la Concejalía de Ermitas del Ayuntamiento, el concurso de dibujo con que busca «acercar a Lledó, a la Mare de Déu, y que esta forme parte de la cultura del pueblo» a los más pequeños de la casa, destaca la secretaria de la entidad, María José Vicent.

Y la convocatoria fue, de nuevo, todo un éxito. La explanada de la Basílica lució ayer llena de luz y de jolgorio, el que ofrecían las 220 pequeñas y pequeños que, desde 1º a 6º de Infantil, participan en el certamen que gira alrededor de la Lledonera y de la basílica y su entorno. Mañana martes ya conocerán quiénes se llevan el premio de 50 euros en material escolar (hay uno por curso). Y el 6 de mayo, en el salón de plenos del Ayuntamiento, tras el Pregonet, recogerán los diplomas que acreditan su destreza con los lápices de colores.

El concurso se enmarca en la apuesta que desde hace años la Real Cofradía de la Mare de Déu del Lledó lleva a cabo para dotar a las fiestas patronales de la ciudad de un carácter cultural. En este contexto, este año vuelve a celebrar, por segunda ocasión, el concurso de fotografía con móviles (con tres cámaras como premios), para el que hay de plazo para participar hasta el próximo día 12. Los mejores retratos, y los dibujos ganadores del certamen infantil, se exhibirán a partir del 13 de mayo en el vestíbulo del palacio de la Diputación.

Música y toros para peques

Este impulso a la cultura que complemente a las fiestas religiosas también se dejó notar ayer en la tarde dedicada a los más pequeños de la casa. Una vez concluidos sus dibujos, niñas y niños (entre ellas la reina de las fiestas de la Magdalena, Berta Montañés), y también los mayores, disfrutaron de la actuación del cuenta canta cuentos Salva el mussennacitu, que hizo las delicias de todos. Y, como colofón, el encierro infantil, que subió la adrenalina de los más atrevidos y llenó de sonrisas la explanada de la Basílica en una tarde que resultó redonda para todos los que se acercaron a uno de los rincones más emblemáticos de la ciudad.

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