Un lenguaje universal con el que cualquiera puede entenderse con otra persona y que, para poder ejecutarse, antes requiere un viaje interior que permita armonizar cabeza y cuerpo. Así se puede resumir el mensaje internacional de la Unesco para definir la danza, un fragmento del cual leyó ayer por la mañana Violeta Vidal, directora de la escuela de baile Aula Réggia, de Benicàssim. Fue una de las ocho agrupaciones locales que, junto al Conservatorio Profesional de Danza de Castelló, ofrecieron una exhibición artística en la capital con motivo del día internacional de esta disciplina, que se celebra hoy.

En total, 213 alumnos (más acompañantes) de las escuelas La Zapatilla Roja Echegaray, Dance Factory, Coppelia, Compassos, Joven Ballet de Castelló, Aula Réggia, Papa Rumba Moviments, Castellón Baila y el Conservatorio mostraron todo su variado repertorio de estilos en una plaza Huerto Sogueros que rezumaba un gran ambiente.

Después de la lectura del manifiesto a modo introductorio, los nueve colectivos locales dispusieron cada uno de aproximadamente 10 minutos para cautivar al público con sus rítmicos movimientos, pero sobre todo para rendir homenaje a la pasión que compartían todos los bailarines, la danza.

«Es importante hacer actividades en la calle y que sean atractivas para el público de todas las edades», defendió Gabriella Foschi, presidenta de la asociación cultural Terpsícore, coorganizadora del espectáculo junto al Ayuntamiento de Castelló. Para esta veterana bailarina italiana afincada en Benicàssim desde hace 35 años, la jornada fue «una unión de todos», «una fiesta», al mismo tiempo que reivindicó más apoyo por parte de las instituciones para su disciplina. «Necesitamos el desarrollo de una programación regular de danza, ya que no la hay», solicitó.

De momento, el 26 de mayo el baile volverá a apoderarse de la ciudad con la final de la Convocatoria Nacional de Danza, en el Teatro Principal.

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